El último aumento en el precio de los combustibles -de entre 5% y 12%- desató algunos cruces entre las petroleras y sus redes de estaciones. Las compañías están profundizando la "liberación" -que arrancó en septiembre del año pasado- estableciendo distintos importes, según los canales de venta. Eso provocó que algunas estaciones se quejaran frente a las cámaras sectoriales sobre la supuesta imposición de cupos y otras restricciones.
Desde hace una semana, YPF aumentó sus combustibles entre 5% y 8. A los pocos días, le siguieron Axion y Shell. Esta última remarcó a un nivel más elevado, entre 9% y 12%. Sin embargo, en estos días, disminuyó los precios en un 2% en su red de estaciones propias, para no quedar tan desfasada del resto.
En las estaciones de YPF no hubo problemas de abastecimiento. Tampoco en las de Shell y Axion del área metropolitana de Buenos Aires. Los inconvenientes, según algunos estacioneros, estarían en el interior. Allí surgen acusaciones cruzadas: las petroleras dicen que el abastecimiento es normal, mientras que las estaciones plantean que les ponen "cupos".
"No hay ninguna razón para que falte combustibles", señaló el ministro de Energía, Javier Iguacel. “Lo que esta pasando es que algunas empresas se acostumbraron a un sistema y a un método y no quieren competir. Algunos pretenden que sigamos fijando precios en lugar de competir libremente con los demás. Un poco pareciera que está pasando eso. Pero 40 millones de argentinos eligiendo van a ser más eficientes que Iguacel definiendo el precio. Si creen que el precio al que le están vendiendo no es suficiente para pagar sus costos, serán más caros que los otros y perderán volumen”, aseguró el funcionario.
La liberación en el precio de los combustibles implica que las petroleras aplican diferentes importes según el canal. Hay un precio para las estaciones propias, un sugerido para las revendedoras y después un abanico de importes para distintos distribuidoras mayoristas.
Las petroleras están recortando descuentos antes vigentes a los mayoristas y eso está provocando quejas. Hay compañías que decidieron dejar de subsidiar algunos combustibles específicos -como para barcos- y eso puede generar quejas.
En relación a los posibles "cupos", en las petroleras desmienten su existencia. Creen que se trata de un artilugio de algunos estacioneros para acaparar producto, a la espera de un mayor precio.
En ese sentido, los problemas estarían más en el interior que en Buenos Aires. Varias estaciones del conurbano consultadas explicaron que no hay problemas de abastecimiento ni de cupos. En cambio, si manifestaron cierta preocupación por la evolución de las ventas en función de los aumentos.
Todavía la venta de combustibles viene experimentando alzas en todas sus variedades, salvo en gasoil que registró una pequeña disminución. La duda de las petroleras es cómo reaccionará el mercado a la nueva coyuntura.
Tras la falta de actividad en dos refinerías (Bahía Blanca y San Lorenzo), las estaciones de servicio "blancas" (sin marca) se están quedando sin productos. En las petroleras sospechan que algunos surtidores del interior están pidiendo más combustibles para revenderlo a terceros.
"Que me muestren una notificación formal donde se indique que les estamos imponiendo un límite o cupo", dijeron varios ejecutivos de las empresas.
"A las estaciones de las provincias de Córdoba y Santa Fe les están imponiendo cupos. Les toman el promedio de ventas de los últimos meses y les entregan esa cantidad de litros a un precio. Si requieren una mayor cantidad, el importe es superior", replican los estacioneros.
Tras la devaluación del peso frente al dólar, las petroleras quedaron con un aumento de sus costos por la adquisición de petróleo, que se paga en la divisa estadounidense. En cambio, recaudan en pesos. Desde noviembre, los precios de las naftas "super" aumentaron más de 30%, mientras que en los combustibles "premium", la remarcación es del 35%.