Tras haber avisado que "las retenciones no vuelven más", y luego de varios pedidos de audiencia que le hicieron llegar desde el campo, el Presidente recibirá a la Mesa de Enlace con el objetivo de ponerle fin a la polémica con el sector y desalentar especulaciones.
El encuentro fue confirmado a Clarín por fuentes oficiales y también por dirigentes del agro, que desde que trascendieron los rumores de que el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne impulsaba el freno a la baja gradual de retenciones a la soja, reclamaron ser atendidos por Macri.
La cumbre está prevista para el próximo martes a las 15, en el despacho del
Presidente en Casa Rosada. Junto a Macri estarán el jefe de Gabinete Marcos Peña
y el ministro de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere. Esta cita rememora el
protagonismo de la Mesa de Enlace durante el conflicto por la Resolución 125 del
año 2008 que desató un conflicto entre el Campo y el gobierno de Cristina
Fernández de Kirchner.
"De acuerdo a lo que hablamos con el ministro Etchevehere (ex titular de la
Sociedad Rural) nos va a comunicar que el cronograma de retenciones no se
modifica. Nosotros le plantearemos nuestras expectativas, que son muy buenas. Se
esperan cosechas récords", dijo a Clarín Dardo Chiesa, titular de
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que será de la partida en la reunión.
También se descuentan las presencias de Daniel Pelegrina, titular de la Sociedad Rural, Carlos Ianizzotto (Coninagro) y Omar Príncipe (Federación Agraria).
Aunque desde el campo confían en que el encuentro fue trazado con el objetivo de que el Presidente despeje por completo las dudas y reafirme su intención de no cambiar las reglas de juego, como lo dijo en una entrevista días atrás, cerca de Dujovne insisten en que el ministro "sigue creyéndolo una posibilidad" para reducir el déficit fiscal, de cara a la meta del 1,3% que se acordó con el Fondo Monetario Internacional para 2019.
Por este motivo, Dujovne es el blanco del grueso de las críticas del campo. "Nosotros vamos a hablar con el Presidente, que él arregle en todo caso con su ministro", esquivó Chiesa.
Días atrás, había cargado muy duro contra él. "Sería una buena señal que traiga la plata de afuera en vez de hablar tanto del campo. Estamos en un avión donde el piloto no tiene matrícula", le apuntó, en diálogo con FM La Patriada.
Y también advirtió que "hay un señor en el Gabinete de Dujovne que se llama Rodrigo Pena y redactó la 125 (que impulsó el kirchnerismo) con Martín Lousteau". Si bien no lo dijo, la alusión a Pena tuvo como destinatario final al líder radical Ernesto Sanz, a quien visualizan desde el campo como uno de los que desde el "G-7", la flamante mesa política que conformó Macri, insiste con la iniciativa de frenar la rebaja de derechos de exportación a la soja y de fijar en 10% el impuesto al trigo y al maíz.
El referente radical no es el único en ese grupo de siete dirigentes que así lo considera. La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta creen que es una medida necesaria. Desde el punto de vista económico y también en lo estratégico: entienden que, en medio de ajustes en todos los sectores, no pedirle ningún esfuerzo al campo tendrá un costo político que podrá capitalizar la oposición.
En ese sentido, argumentan que la devaluación -hoy alrededor del 50% respecto a enero, cuando comenzó la baja gradual de 0,5 por mes- le garantizó "mejores márgenes" al sector para afrontar el congelamiento de las retenciones a la soja, hoy ubicadas en 27% y que el Gobierno se había comprometido a rebajar al 18%.
Pero Macri se mantiene firme. "Las retenciones no van a volver. Se fueron y no van a volver", dijo en Tandil, la semana pasada. Lo mismo asegura el jefe de Gabinete Marcos Peña, quien junto a Elisa Carrió son el contrapeso de la mesa política en esta contienda.
En el medio parece ubicarse el ministro del Interior Rogelio Frigerio, quien a principios de este mes recibió en Casa Rosada a las autoridades de la CRA y puso paños fríos: les aclaró que la idea de Macri no era cambiar el actual esquema, y que sólo "en caso de ser necesario" los iba a convocar para consultarlos por dónde podía pasar la tijera. Tanto desde el campo como en Agroindustria no ven que esto pueda ocurrir. En el Gobierno, sin embargo, hay quienes insisten en que "no se puede descartar nada".