Poca influencia es la que tiene el mercado internacional sobre los precios domésticos, cuando el peso argentino sufre devaluaciones permanentes.
Este es el caso de lo que viene sucediendo desde principios de mayo. Han sido unos 45 días de temblor.
El viernes pasado, el dólar llegó una cotización récord de $28,80 por unidad de dólar.
Desde el día en que el Banco Central empezó con la política de libre flotación, según lo convenido con el Fondo Monetario Internacional (FMI), anunciado el 7 de junio, el precio del dólar se elevó casi un 12%.
Y si consideramos el aumento registrado desde que comenzó el año, vemos que lo ha hecho en más de un 51%. En rigor, prácticamente la totalidad de este aumento se advierte desde comienzos del mes de mayo.
Para contener el recorrido ascendente de esta moneda, el Banco Central implementará un sistema de "subasta de dólares". El propósito es asegurar, al final de cada día hábil, la adecuada provisión de dólares a los bancos.
Además de ello, el Tesoro podrá aportar, en caso de necesidad, el monto de 7.500 millones de dólares procedentes del acuerdo con el FMI.
A su vez, el Banco Central negoció con los bancos reemplazar las “Lebac” por nuevos títulos públicos y logró un compromiso con el sector agroexportador para mejorar el mercado de divisas. Se trata de un acuerdo con los exportadores de granos y subproductos por lo que estos liquidarían cerca de 300 millones de dólares por jornada, para lo que resta de este mes y para el mes siguiente.
Se espera que estas medidas hagan efecto, por lo menos por los dos o tres meses siguientes.
En tal caso, la “cuestión interna” dejará de actuar a favor de la suba de los precios de los granos.
En síntesis, no deberíamos esperar en el cortísimo plazo que se mantengan los valores (y menos aún que suban) de los granos en el mercado interno salvo que aparezca un imprevisto por el lado internacional.
Quiere decir que los movimientos más fuertes, a partir de ahora, deberían venir del exterior.
Pero, acá tampoco es válido aguardar un escenario positivo. Al menos, en lo inmediato…
La única excepción a ello podría residir en que se distienda el conflicto comercial entre China y EE.UU. Por este motivo, fundamentalmente, podría decirse que el valor de la soja ha bajado al menor nivel en un año, en el mercado de Chicago.
Dado que las compras del gigante asiático representan cerca del 60% de las exportaciones estadounidenses de soja, los mercados se encuentran muy sensibles. Y ello atenta contra los valores de la soja.
Hay que tener en cuenta que las condiciones climáticas para el desarrollo de los cereales en EE.UU. hasta la fecha han sido muy buenas. Algo parecido sucede con la soja. Obviamente, estos datos influyen negativamente sobre los precios internacionales.
Respecto al maíz, en especial, la demanda se muestra firme por el mayor interés por el etanol a resultas del aumento del precio del petróleo. Se suma a ello, los problemas de oferta por parte de Rusia.
Lamentablemente, la fortaleza del dólar atentará contra toda mejora en los valores de los granos.
Para peor, todo indica que continuará el recorrido a la suba en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU.
El gráfico es elocuente. Acá se ve la evolución del índice dólar de los últimos 90 días.
Así están las cosas…
A partir de ahora, no parece lógico aguardar mejoras locales por nueva devaluaciones. Y resulta difícil imaginar subas de precios por mejoras en Chicago.