Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH), anunció que la línea de colectivos 132 de Capital Federal comenzará a utilizará biodiésel puro en algunas unidades antes de fin de año. El anuncio fue hecho el martes pasado en una reunión convocada por la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados para interiorizarse sobre el estado de situación de las industrias vinculadas a la producción de biodiesel y etanol.
El ensayo será realizado en forma conjunta entre Scania y Nuevos Rumbos S.A., propietaria de la Línea 132. La empresa de origen sueco, tiene una vasta experiencia en el uso de mezclas con alto contenido de biodiésel. Desde algunos años viene realizando pruebas junto a Cliba y Quilmes con resultados exitosos, confirmando que una mayor participación de biodiésel en el transporte es posible. Según reporta el fabricante de vehículos para el transporte, Cliba ha reducido en más de 80% las emisiones de gases utilizando B100 durante más de un año.
Casualmente, esta semana la casa matriz de Scania dio a conocer un documento titulado “Achieving fossil-free commercial transport by 2050”, Alcanzando un transporte libre de fósiles para 2050, sería su traducción. El documento plantea diferentes escenarios para que el transporte comercial alcance los objetivos de cambio climático para 2050 establecidos por las Naciones Unidas en el Acuerdo de París. Incluso hace referencia a que podría alcanzarse el objetivo antes de ese año.
El estudio indica que con un alto despliegue de biocombustibles en el estado final se puede proporcionar una reducción total para el año 2050, aunque hay otras alternativas más económicas como la movilidad eléctrica enchufable o a partir de celdas de combustibles. Sin embargo, en el transcurso hacia estas nuevas alternativas -que aún tienen muy baja penetración, y llevará varios años su implementación – los biocombustibles proporcionan una reducción máxima en las emisiones y un muy bajo costo de implementación.
El biodiésel además de ser renovable y reducir significativamente la huella de carbono, reduce significativamente las emisiones de material particulado –hidrocarburos sin quemar-, y lluvia ácida, altamente dañinas para la salud humana, lo que lo convierte en un combustible ideal para operar dentro del casco urbano de las ciudades. Es extremadamente biodegradable, virtud que lo convierte en un producto ecológico. Posee gran poder de lubricación que alarga la vida útil del motor, particularmente en los componentes de la bomba e inyectores y posee más alto punto de inflamación por lo que su manipulación es mucho más segura y tiene mayor Número de Cetano, propiedad que mejora la calidad de combustión.
Minutos antes de que comenzase la exposición de Molina, en el salón contiguo finalizaba una jornada sobre movilidad sustentable en el transporte público, con un fuerte acento en la movilidad eléctrica. Atacar el calentamiento global requiere de acciones urgentes. Afortunadamente las tenemos a mano.
Por: Emiliano Huergo, especial para Clarin Rural