También mostraron preocupación por el costo de los fletes y el mantenimiento de los caminos rurales.

En el primer día de A Todo Trigo, autoridades de la Federación de Acopiadores acompañadas por representantes del Instituto Nacional de Tecnología Industrial realizaron una conferencia de prensa en la que lanzaron el Manual de Buenas Prácticas de Acopio, un documento con procedimientos claves para asegurar la calidad de los granos que pasen por las plantas acopiadoras.

Este lanzamiento implica un paso muy importante. El acopio es un actor clave en la mejora de la calidad, por eso desde la Federación están convencidos de que la única forma que esto se haga de un modo objetivo es a través del Manual de Buenas Prácticas.

"Buenas prácticas es hablar de procesos, manejo de planta, eficiencia y cuidados del grano", aseguró Raúl Dente, asesor General de la Federación de Acopiadores de Cereales, y agregó: "El desafío es tener un grado de calidad que nos permita tener una marca de calidad argentina".

Por su parte, Nicolás Apro, director del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Industrialización de Cereales y Oleaginosas del INTI, institución clave que acompañó la formulación del manual, expresó: "Lo que se busca con este manual es normalizar lo que se está haciendo. Las Buenas Prácticas toman a todo el sector productivo y buscan normalizar los procesos. Mejorar las cosas para no cometer errores y bajar los costos de la no-calidad". Asimismo, destacó el hecho de que la certificación se actualiza todos los años, lo que asegura un compromiso mayor por parte de todos los actores por mantener los niveles de calidad.

Sobre la implementación del manual, el presidente de la Federación de Acopiadores, Fernando Rivara, señaló que la entidad no tiene poder legal para obligar a los acopiadores a que lo apliquen. "Cada empresa, con mayor o menor intensidad, irá aplicándolo. Hoy es un tema de responsabilidad. El beneficio se podrá ver con la baja de costos internos, a posteriori, cuando la empresa aplique las prácticas", señaló. "A lo mejor el mercado, más adelante, decide pagar y reconocer aquella mercadería que cumple con las Buenas Prácticas", agregó Dente.

El potencial exportable de Argentina bajo la sombra de Rusia

En el arranque de "A Todo Trigo", un grupo de especialistas analizaron las crecientes posibilidades de nuestro país dentro del mercado internacional. Pero alertaron también sobre la influencia del país asiático, el nuevo gran protagonista del comercio mundial.

Todos los analistas coinciden. Argentina ha vuelto a reposicionarse dentro del mercado mundial de trigo y tiene las condiciones para volver a ser uno de sus principales actores. Y así lo indican los números. En los dos últimos años se volvió a los niveles históricos de producción y para el ciclo que se avecina se podría alcanzar las 6 millones de hectáreas sembradas y 20 millones de toneladas cosechadas, de las cuales 14 se destinarían a la exportación. Todas cifras que significan un record absoluto para la Argentina.

"Vemos un incremento de la producción local con niveles sostenibles de rinde y un mayor saldo exportable destinado no solamente a Brasil sino también a nuevos destinos comerciales", aseguró Gustavo López, director de la consultora Agritrend, en la primera de las charlas de "A Todo Trigo", donde un destacado grupo de expertos analizaron las perspectivas y tendencias del comercio mundial de trigo.

Pero detrás de este buen momento para el trigo argentino, aparece también una nueva figura dentro del contexto mundial que se vislumbra como un rival directo para nuestro país. Se trata de Rusia, quien ha experimentado en los últimos años un crecimiento notable y que para la campaña 2017/2018 podría alcanzar las 40 millones de toneladas de exportaciones de trigo.

"En la actualidad, el gran competidor es Rusia y allí es dónde Argentina debería enfocarse", aconsejó Pablo Maluenda, de la consultora INTL FCStone. Para el especialista, Rusia ha dado un gran salto en la exportación de trigo y claramente esa tendencia se va ir acrecentado en el futuro cercano. "Tiene la tierra y también el incentivo. El mercado internacional ahora mira a Rusia para ver los precios y ya no a Estados Unidos", explicó.