Las lluvias de los últimos 20 días, que continúan, dejaron muy afectadas en la pampa húmeda a 3 millones de hectáreas.
Así lo señaló un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que alertó que la cosecha a nivel nacional está frenada en un 61% de la superficie total a recolectar.
"Hoy, la cosecha de soja está estancada en el 61% de avance, mientras que el año pasado ya superaba el 67%. De las 15,5 millones de hectáreas implantadas con soja en la región pampeana, queda un 40% pendiente de ser cosechado. Y de esas 6,2 millones de hectáreas de soja sin levantar hay 3 millones de hectáreas muy afectadas", detalló.
"Ya son más de 21 días de altísima humedad relativa con temperaturas récords que han activado la germinación de las semillas en las plantas. Las posibilidades de desgrane, las enfermedades que se desarrollan y el brotado pueden traducirse en pérdidas de rendimiento, y, por lo tanto, en nuevos recortes", agregó la entidad.
Pese a la mala situación por la que atraviesa la soja para su recolección, la Bolsa rosarina mantuvo en 37 millones de toneladas su previsión de cosecha.
Desde mediados de abril pasado se registraron precipitaciones de 50 a 280 mm en la región pampeana, según la entidad, que advirtió sobre la posibilidad de más precipitaciones en los próximos días. "Para los próximos dos días, hay pronósticos de lluvias de 50 a más de 90 mm para la franja central. Donde se produzcan estas lluvias, los efectos sobre el cultivo serán muy perjudiciales", señaló.
En rindes, según el relevamiento hubo algunas zonas, como el este de Córdoba y el sur de Santa Fe, con resultados mejores de lo esperado.
"No hay un panorama claro de cuándo se pueden retomar las labores de cosecha; mientras más tiempo pase, más aumenta la incertidumbre en las principales áreas productoras. Las posibilidades de desgrane, más las áreas anegadas, las enfermedades y el brotado pueden traducirse en pérdidas de rendimiento, y, por lo tanto, de producción", precisó.
Por otra parte, la Bolsa rosarina calculó en 5,7 millones de hectáreas la superficie sembrada con trigo para el nuevo ciclo, un 5% más que en 2017. Según la entidad, el área podría crecer más según lo que ocurra con el clima.