Las empresas petroleras aguantarían al menos unos días la suba en los precios de los combustibles líquidos, que se presenta como inevitable por los aumentos del petróleo y del tipo de cambio. Pero la presión del escenario de las últimas semanas, con el Banco Central liquidando reservas y subiendo la tasa para contener al dólar y la inflación, sumado al debate por las tarifas, llevaría a las compañías a cargar con el costo financiero de mantener el status quo.

Así le confiaron tres fuentes privadas a El Cronista, pese a que los cálculos de los analistas indican que el aumento debería ser no menor al 7%, por el incremento las distintas variables que hacen a los precios de las naftas y el gasoil. No obstante, aunque reconocieron que el precio del barril actual no deja mucho margen para quedarse quieto, la situación de los últimos días obliga a "pensar dos veces antes de tomar la decisión".

Por su lado, Guillermo Lego, secretario general de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), que nuclea a los estacioneros, dijo: "Puede pasar que haya un retraso, porque el Gobierno, que no debería intervenir, podría pedir que esperen un poco hasta que se tranquilicen las aguas y se termine la corrida cambiaria. El Estado es el accionista mayoritario de YPF, (Alejandro) Bulgheroni de Axion tiene una buena relación con el Gobierno y Shell no va a querer tener problemas después de su venta a Raízen". Para Lego, el incremento debería estar entre el 5% y el 10%.

Los valores que se pagan en los surtidores están determinados por el crudo a nivel mundial, el tipo de cambio y los biocombustibles. Todos estos tuvieron alzas el mes pasado, lo que adelanta un ajuste.

La última actualización de precios se realizó fraccionada. Shell y Axion subieron un 4,5% el 5 de abril, mientras que YPF lo hizo una semana después, aunque un 3%. A principios del mes pasado, el petróleo crudo que compran las refinerías costaba u$s 67,15 por barril en su variedad Brent, que cotiza a futuro en el mercado de Londres. Ayer estaba a u$s 73,30, un 9% más. Como este valor explica cerca de un 80% de los precios de las naftas, asoma inminente el ajuste.

El dólar mayorista pasó en un mes de $ 20,05 a $ 20,50, un 2% más. Las distintas intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios durante la semana pasada, a través de las multimillonarias ventas de reservas, evitó una devaluación mayor que hubiera impactado en las estaciones de servicio y, por ende, en los precios de toda la economía.

En tanto, el Ministerio de Energía fijó la semana pasada en $ 18.223 el precio para la adquisición de la tonelada de biodiesel a partir de mayo para su mezcla obligatoria con gasoil, en un corte del 10%. Es un 1,48% más que lo pactado para abril.