El 10 y 11 de mayo, la Federación de Acopiadores llevará a cabo la octava edición de A Todo Trigo en Mar del Plata. Se trata del congreso que cada dos años reúne a toda la cadena agroindustrial y pone en blanco sobre negro las perspectivas del cereal. Leandro Pierbattisti es asesor de la Federación y uno de los especialistas en mercados internacionales que aportará sus conocimientos durante el encuentro.
En su opinión, las perspectivas comerciales para el trigo son "aún más positivas" que las del año pasado, ya que el favorable contexto local además será acompañado por una caída de stocks a nivel global. "Si bien todavía faltan 3 meses para definir rindes en el Hemisferio Norte, hoy ya se están previendo caídas de stocks para el año próximo, algo que no se daba desde la campaña 2012/2013. Es la primera vez después de 6 años que los stocks bajan. Esto es muy positivo para nosotros, porque va a implicar una mayor firmeza en los precios. Si bien de acá a enero falta mucho tiempo, hoy el precio ronda los 190 dólares la tonelada, valores que durante el año pasado a la misma época del año estaban por debajo de los 160 dólares", expresa Pierbattisti.
Yendo al plano local, Pierbattisti destaca el aumento de las exportaciones nacionales. "Argentina mantiene un ritmo impresionante. Del 1 de diciembre al 28 de febrero se embarcaron más de 6 millones de toneladas de trigo. Esto quiere decir que en tres meses ya colocamos la mitad de nuestro saldo exportable. Un dato que explica la firmeza de los precios y nos invita a seguir focalizándonos en la competitividad, que no es ni más ni menos que la conjunción del precio, la calidad y la atención al utilizador final", sostiene el especialista. Paralelamente agrega que la intención de siembra para este año es muy firme y supone que el área seguirá incrementándose en la medida en que se recuperen los aportes hídricos.
Al referirse al contexto mundial, Pierbattisti explica que durante los últimos años hubo un aumento de la productividad, ya que fue la forma que los productores encontraron para hacerle frente a la caída de precios y a los aumentos de costos. Sin embargo, alerta que podría haber un quiebre en esa tendencia. "Hay cuestiones fundamentales y financieras para que se produzca. Se está especulando con que el pleno empleo americano podría generar un fenómeno inflacionario en EEUU y eso trae aparejado no sólo la incertidumbre en los inversores a la hora de colocar sus fondos (suba de la volatilidad), sino también un renovado interés orientado a las materias primas agrícolas. Hay en los mercados muchísima volatilidad que va más allá de la cantidad de toneladas que se produzcan. A su vez, las disputas comerciales entre China y EEUU, pese a que muchos digan que no pasará a mayores, pone muy nerviosos a los inversores. Si bien este es un factor que afecta más a la soja, todo tiene que ver con todo y los commodities copian comportamientos".
Por otra parte, el experto remarca el crecimiento que experimentó Rusia en el último tiempo, que alcanzaría las 40 millones de toneladas de exportaciones de trigo en esta campaña 2017/2018. "En Rusia hay una estrategia público-privada sobre temas ligados a la logística, y a la competitividad en general. Ello ligado a una suma de factores que analizaremos en el Congreso le permitió ser el principal exportador y quedarse con un cuarto del mercado mundial. Mientras que en los años 80 era EEUU el que tenía una participación cercana al 50%. Ya se terminó el mito de que el trigo ruso no tiene calidad y actualmente reemplaza al HRW (Hard Red Winter) americano en varios destinos. Esto para la Argentina es peligroso, en el sentido de que podemos perder presencia, principalmente en destinos latinoamericanos en los cuales, debido a una proximidad geográfica y cultural, tenemos todo para mantenernos. También para seguir conquistando nuevos mercados", advierte Pierbattisti.
En ese sentido, asegura que para fortalecer al trigo argentino en el mundo se debe hacer énfasis en desarrollar tareas de promoción en el plano internacional. "Hay aspectos vinculados con la calidad, la logística, la vigilancia estratégica de competidores y la comunicación que las empresas no pueden desarrollar individualmente. Para eso se requiere de un trabajo mancomunado entre los diferentes eslabones que conforman la cadena comercial, canalizado a través de un instituto de promoción tal como tienen la mayoría de los grandes países exportadores", finaliza.