Con el apoyo de las agencias de extensión rural Monteros, Banda del Río Salí y Aguilares, técnicos del Grupo Caña de Azúcar del INTA Famaillá –Tucumán– realizaron un relevamiento por 29 localidades de las principales zonas productivas de la provincia para evaluar la evolución de los cañaverales comerciales. En general, la prezafra registra pocas diferencias en el comportamiento madurativo en los lugares observados, con valores de calidad de la materia prima ligeramente superiores al quinquenio 2013-2017. Además, estiman un leve aumento de la superficie cultivada respecto de la campaña anterior.
“Se registran pocas diferencias en el comportamiento madurativo de las tres principales regiones de la provincia”, aseguró Arturo Felipe, especialista del Grupo Caña de Azúcar del INTA Famaillá –Tucumán–, quien describió: “El centro se presenta como la zona de mejor maduración, mientras que las regiones noreste y sur presentan valores similares, a diferencia de la tendencia expresada en campañas anteriores”.
Los principales parámetros de calidad analizados fueron: contenido de sacarosa (Pol % caña), pureza y Rendimiento Fabril Teórico (RFT %), agrupados por zonas geográficas. En esta línea, Felipe destacó: “Los valores expresados corresponden a niveles de azúcar potencialmente recuperable a partir de caña limpia, sin incidencia de materias extrañas”.
En relación con el mismo período de las últimas cinco campañas, se registran valores de calidad de la materia prima levemente superiores al quinquenio 2013-2017 en 0,3 puntos de RFT (%) y en 0,6 puntos de RFT (%) respecto de la campaña anterior.
Para Felipe, “esto muestra un arranque con valores normales para la época en comparación con los últimos cinco años, un poco mejores respecto de la campaña pasada –que mostró números bajos– y muy superiores al 2015, que tuvo el arranque más bajo de los últimos años, y exactamente iguales a los de las campañas 2014 y 2016”.
En cuanto al desempeño de los cultivares, se destaca la nueva variedad INTACP 98-828, que expresó una muy buena precocidad madurativa en relación con el resto de las variedades muestreadas de la zona central, y confirma lo expuesto en la campaña anterior. En tanto, las variedades LCP 85-384, TucCP 77-42, Tuc 95-10 y L 91-281 presentan valores inferiores a los del cultivar más precoz en un 6 % aproximadamente, que representa 0,6 puntos de RFT (%) y continúa la tendencia homogénea de los resultados.
En el área central, se destacan nueve localidades con valores entre 8 y 9 puntos de RFT (%) y sólo cuatro con números inferiores; Cachiyaco se ubica en el extremo con 6 puntos. En el noreste, que se muestra muy pareja, resaltan Los Perez y La Ramada de Arriba con los valores más altos y La Florida y Ranchillos con valores inferiores a 7 puntos.
Por su parte, el sur muestra ocho localidades con números por arriba de 8 puntos y sólo tres con valores cercanos a los 7 puntos. “Tanto en la zona central como en el sur, si bien no se observan diferencias marcadas entre pedemonte, centro y este, sí pueden encontrarse localidades con valores dispares dentro de las distintas áreas para cada zona”, aclaró Felipe.
En Tucumán, la superficie cultivada con caña de azúcar se mantuvo en el promedio de las 270.000 hectáreas en el último quinquenio. En 2015, la campaña rondó las 271.000 hectáreas, mientras que en 2016 llegó a las 274.000 y se redujo a 269.000 en 2017. Si bien el relevamiento satelital aún no está finalizado, se estima que la superficie en producción este año estará cercana a la alcanzada en 2016, al menos 5.000 hectáreas más respecto de la última campaña.
Con clima a favor
En cuanto a los factores de mayor incidencia sobre la maduración del cañaveral, el especialista del INTA Famaillá aseguró que “las temperaturas mínimas y máximas, la humedad relativa y la evapotranspiración de enero, febrero y marzo mostraron un comportamiento acorde a lo esperado, con iguales valores a la media histórica”.
En particular, marzo presentó temperaturas medias de 21 °C, contra los 22 °C de media histórica, y una humedad media del 80 %, comparada con la histórica que ronda el 85 %. “Estos datos pueden extrapolarse a la región cañera de la provincia en su conjunto”, indicó Felipe.
La heliofanía –presencia de brillo solar durante el día sin ausencia de nubosidad– tuvo un valor normal, apenas por arriba de la media para los meses de febrero y marzo. De igual modo, la radiación, medida como intensidad de luz, registró valores normales en marzo y un poco por debajo de la media en febrero.
“El caso de las lluvias aparece como la variable más inestable, con una ocurrencia que no fue homogénea en las distintas zonas”, señaló el técnico.
No obstante, en condiciones generales y según los valores medios mensuales, enero tuvo volúmenes normales dentro de la media histórica, que se presentaron a partir de dos o tres lluvias de gran intensidad con una distribución dispar. Febrero y marzo se mostraron muy diferentes al mes anterior, ya que los volúmenes fueron muy por debajo de la media, principalmente en algunos sectores como el este de la provincia.
“Si bien los volúmenes de lluvia fueron menores, no se aprecia un estrés marcado, pero sí un retraso en el crecimiento que, a su vez, provocó una respuesta óptima para comenzar con la maduración”, dijo Felipe, quien apuntó: “Esto ubica a la campaña 2018 con un inicio madurativo muy bueno, aunque sin lo excepcional del 2013”.
El relevamiento incluyó 29 localidades representativas del área cañera de la provincia y consideró las variedades de mayor difusión a escala comercial y otras en proceso de reciente adopción por el sector productivo.
Se recolectaron 160 muestras, acondicionadas para su molienda a partir de tallos limpios, pelados y despuntados correctamente. Fueron procesados dentro de las 24 horas en un trapiche experimental, con extracción cercana al 45 % y presión constante de 150 kg por centímetro cuadrado.