Mientras las máquinas entraban a cosechar el trigo, a mediados de noviembre pasado, las pizarras reflejaban valores de 2700 a 2800 pesos por tonelada. Ayer, a solo cinco meses de entonces, el cereal se cotizó hasta los 4500 pesos, es decir, con un alza de entre el 61 y el 67%. La razón es simple: se agota la disponibilidad de mercadería, cuando aún resta transitar más de la mitad del ciclo comercial 2017/2018.
En ese sentido, según el informe semanal de la Dirección de Mercados Agrícolas del Ministerio de Agroindustria, con datos al 11 del actual, entre lo comprado por los exportadores y por los molinos ya está comprometido el 65,8% de la cosecha argentina, de 18,5 millones de toneladas. Los primeros adquirieron 9.628.100 toneladas, el 81,6% del saldo exportable previsto por el organismo, de 11,8 millones, y la industria compró 2.541.600 toneladas, sobre una molienda total proyectada en 6,1 millones.
"Frente a los valores actuales, que son muy convenientes, mi recomendación es avanzar con la comercialización del remanente de la cosecha o con la cobertura de esa mercadería a través de un put para julio en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), que le posibilita al productor poner un piso alto para su trigo y quedar abierto para capitalizar eventuales alzas", señaló Sebastián Olivero, director de AgroTecei Consultores.
Un año atrás, cuando se comenzaban a armar los presupuestos financieros de cara a la siembra de trigo 2017/2018, las expectativas de los productores apuntaban a lograr "capturar" un valor cercano a los 170 dólares para el grano fino, pese a que en ese momento el mercado mostraba niveles de 155/160 dólares.
"Es un hecho que en un mercado alcista nadie sale corriendo a vender. Sin embargo, los valores actuales son fantásticos para cerrar márgenes y para dejar de especular", dijo a LA NACION Adrián Seltzer, de la corredora Granar SA. Añadió que las subas eternas no existen y que el contexto global es bastante menos halagüeño con los precios del trigo. "No se debe perder de vista que entre fines de junio y julio comienza la cosecha de trigo del hemisferio norte, y que ello puede presionar sobre los valores locales", dijo Seltzer.
Buenas perspectivas
La bonanza del mercado de trigo argentino ya comprende al grano de la nueva campaña, cuya siembra comenzará durante el mes próximo. "Con algo más de lluvias para el sur de Buenos Aires, los 190 dólares que se consiguen hoy por el cereal para las entregas entre diciembre y enero son excelentes como para pensar en hacer canjes o ventas en el mercado forward, o para tomar coberturas en el Matba", explicó Dolores Rodríguez Pareja, analista de la firma Morgan, García Mansilla y Cía. SA. Agregó que para reducir la exposición a riesgos, el actual es un buen momento para ser "compradores de opciones en el Matba. Las herramientas están; solo hay que tener la decisión de usarlas".
En función de los buenos precios, existe consenso en cuanto a que la superficie destinada al trigo crecerá en el ciclo 2018/2019. "La nueva campaña genera atractivo entre los agricultores, que piensan en sembrar más. El rango de crecimiento va del 5 al 15%, pero el condicionante pasa por la situación de las napas y por la necesidad de más lluvias", explicó Olivero. Añadió que frente a los valores que hoy muestra el Matba "no me perece adecuado dejar pasar la posibilidad de trabajar una proporción de la cosecha, aunque sea pequeña, con la compra de puts en torno de los 180 dólares".
Seltzer contó que entre sus clientes es unánime la decisión de destinar más espacio al trigo, con casos puntuales de productores que apuntan a sembrar un 30% más. "Las lluvias que ya se dieron en las zonas trigueras generan condiciones como para que las perspectivas de mayor área se concreten. Ahora, lo fundamental es que el productor analice seriamente sus márgenes y comience a tomar decisiones comerciales. Los actuales valores invitan a hacer ese ejercicio", recomendó.