El impacto de la sequía todavía no tiene piso. Ayer, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires volvió a recortar las cosechas de soja y maíz, y estimó en 3436 millones de dólares la disminución en el PBI agrícola (considerando soja, girasol y maíz), lo que representa una merma del 0,5% para el PBI total de la Argentina. En paralelo, la entidad calculó en unos 3309 millones de dólares la pérdida sobre la generación de divisas por exportaciones.
La Bolsa redujo a 39,5 millones de toneladas la cosecha de soja, una caída del 27% respecto de su primera previsión, de 54 millones de toneladas en septiembre pasado, antes del inicio de la campaña.
Hasta la semana pasada, la Bolsa de Cereales porteña esperaba 42 millones de toneladas en soja. Ahora, con 39,5 millones de toneladas, la producción del cultivo en la Argentina sería la más baja desde 2008/2009, cuando una sequía dejó la cosecha del grano en un volumen de 32 millones de toneladas. La actual cosecha se perfila, entonces, como la más baja en diez años.
Para el caso del maíz para grano comercial también realizó un recorte importante. De esperar 34 millones de toneladas hasta la semana anterior, ahora estima una cosecha de 32 millones de toneladas, un 22% por debajo de los 41 millones de toneladas que aguardaba en septiembre último, cuando dio su primera proyección.
En este cultivo, hay que remontarse a la campaña agrícola 2015/2016 para encontrar un registro más bajo en materia de producción, ya que en esa oportunidad se cosecharon 30 millones de toneladas del cereal.
Con estas proyecciones actualizadas para las cosechas, que solo entre soja y maíz significan 23,5 millones de toneladas menos, el área de estudios económicos de la Bolsa de Cereales porteña estimó el impacto económico de la sequía.
"El PBI agrícola se vería reducido en 3436 millones de dólares en 2018, un 11% menos respecto de lo que se habría alcanzado en condiciones normales. Según nuestros cálculos, la sequía le cuesta al país medio punto del PBI. Esto solo contemplando los impactos directos, por lo que el impacto puede ser mayor si se tienen en cuenta las interacciones con otros sectores de la economía", señaló en diálogo con LA NACION Agustín Tejeda, gerente del área de Estudios Económicos de la entidad.
Por eslabones
Los principales perjudicados por la sequía serían la producción primaria, esto es el productor agropecuario, y el Estado, vía una menor recaudación fiscal por impuestos.
"El primer eslabón (el productor) tendría una caída de 1078 millones de dólares en su valor agregado y la recaudación fiscal se reduciría en 1174 millones de dólares, especialmente vía derechos de exportación y por el impuesto a las ganancias", explicó.
Según el experto, el resto de las pérdidas, por US$1185 millones, son "absorbidas" por los demás eslabones, esto es, servicios de acopio, fletes y portuarios, producción de carnes y leche, entre otros.
La entidad consignó que los precios de exportación (FOB) registraron un aumento que permite compensar parcialmente las pérdidas estimadas en las cosechas en la Argentina.
"De acuerdo con los precios FOB calculados diariamente por la Bolsa de Cereales, en los últimos cuatro meses los precios de la harina de soja subieron un 24% (US$81 por tonelada), los de la soja un 9% (US$33) y los del maíz un 20% (US$32)", indicó en el trabajo del área de Estudios Económicos.
El trabajo también advirtió que los productores de carnes y leche que utilizan el maíz y la harina de soja como insumo tendrán mayores costos. Esos mayores costos serán de 609 millones de dólares para el caso del sector avícola, de US$428 millones para la ganadería bovina y los tambos y de unos US$135 millones considerando la producción porcina.
Por otra parte, el informe calculó una pérdida de 3309 millones de dólares en las exportaciones netas de la producción agrícola.