Según Bioceres, que tiene esa soja ya aprobada pero espera el visto bueno en China para ser lanzada a nivel comercial, considerando rindes promedio de los últimos cinco años, y asumiendo un recorte del 20% para la cosecha 2017/2018, la tecnología podría agregar al menos cinco millones de toneladas más de producción de lo que hoy se prevé. Vale recordar que ayer la Bolsa de Cereales de Buenos Aires volvió a realizar otro recorte en la cosecha, de dos millones de toneladas, y la dejó en 42 millones.
"Este análisis está hecho para cada departamento o partido en el que se cosechó soja en los últimos cinco años", señaló Federico Trucco, CEO de la empresa.
La firma tiene esta soja en parcelas donde se puede observar un cultivo con el gen y otro que no lo tiene.
El producto de la firma posee un fenotipo de tolerancia a sequía, otorgada por la introducción del gen HAHB4, que proviene del girasol y codifica para la proteína HAHB4, cuya función está relacionada con la respuesta de esta planta a diversos estreses abióticos.
Según señalan en la empresa, la proteína HAHB4 es un factor de transcripción. Regula la actividad de genes específicos involucrados en la respuesta natural de la planta a condiciones de estrés.
"La introducción del gen HAHB4 en otras especies vegetales se ha visto asociada con la tolerancia de las plantas a distintos estreses ambientales, incluida la sequía", precisan en la compañía.
En la compañía señalan que el mecanismo de acción provoca un retraso en el ingreso de la planta al proceso de senescencia. "Esto permite a la planta mantener temporariamente en funcionamiento todos sus procesos, en lugar de interrumpirlos ante la restricción hídrica", indican.
"Al final del periodo del cultivo las plantas HB4 manifiestan un aumento del rendimiento en condiciones ambientales adversas al ser comparadas con las no modificadas", precisan en la empresa.
Según destacan, la expresión de la proteína HAHB4 está bajo la acción de su promotor natural en girasol, "por lo que solo se expresa ante la aparición del estrés. Como resultado, ante la aparición de un episodio de estrés se observa un aumento en el rendimiento".
La historia del gen se remonta al trabajo de la Dra. Raquel Chan, de la Universidad Nacional del Litoral, que encontró que el gen HAHB4 en girasol tenía como función activar los mecanismos de respuesta de las plantas ante el estrés abiótico (agua y sales) y biótico (otros organismos).