La cooperativa láctea SanCor dio un paso clave en su proceso de reestructuración que tiene como punto de llegada la incorporación de un inversor internacional que, como viene trascendiendo de hace meses, sería la firma neozelandesa Fonterra, una cooperativa que factura más de US$10.000 millones, y con quien podría cerrar un acuerdo entre fin de este mes y comienzos del próximo.
El viernes pasado, en Rafaela, Santa Fe, SanCor presentó ante los tribunales un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE). El APE sirve para que deudores y acreedores convengan un plan de pagos y busquen su homologación en la Justicia. Debe tener el apoyo de la mitad más uno de los acreedores y dos tercios de la deuda.
En rigor, en la presentación que realizó la cooperativa láctea se da cuenta que 2100 acreedores, entre productores y proveedores, aceptan una quita del 60% de la deuda que la firma tiene con ellos cuando se concrete el ingreso del grupo inversor.
Unos 1900 acreedores, con un crédito a su favor por $1500 millones, acompañaron el APE con notas de conformidad por todo el proceso. Esos acreedores representan más del 75% del pasivo comercial de la cooperativa.
Según trascendió, en las próximas semanas seguirán las negociaciones con otros acreedores, como bancos y la AFIP. A este organismo la cooperativa le debe más de $1000 millones. Distintas fuentes señalan que la deuda total de la empresa con los diversos acreedores superaba el año pasado los $5000 millones.
LA NACION ya había informado sobre el plan de SanCor para que los productores aceptaran ese importante recorte en la deuda. Vale recordar que hubo tamberos que criticaron la propuesta de la cooperativa.
En el mercado circula la versión de que este sistema de pago tiene el apoyo de los principales acreedores privilegiados, esto es el gobierno nacional a través del Fondo para el Desarrollo Económico Argentino (Fondear), que el año pasado le dio $450 millones y en 2016 había aportado otros $250 millones, y el fondo de inversión BAF.
En este contexto, la negociación con Fonterra se terminaría de concretar a fin de mes o comienzos del próximo. Se armaría una nueva compañía donde el grupo inversor tendría entre un 80 y el 90% de participación y la cooperativa de tamberos el resto.
En enero pasado, por unos US$35 millones, SanCor se desprendió, en el marco de su plan de reestructuración, del 50% de una planta de proteína de suero en Córdoba. Se la quedó el grupo sueco-danés Arla Foods, que ya poseía un 50 por ciento.
Hace unos días, el grupo Alaisa adquirió otra planta de la cooperativa en Brinkmann, Córdoba. Además, hace un mes una cooperativa de tamberos compró otra planta de la firma, en este caso en Coronel Moldes, también en Córdoba. Por otra parte, se había informado que una elaboradora de quesos se quedaba con otra planta en Centeno, Santa Fe. De 16 plantas que supo tener SanCor hoy tiene ocho operativas.