La incertidumbre pesa sobre el ánimo de los productores y de toda la cadena agroindustrial.
No hay humedad acumulada en los suelos para la próxima campaña de trigo y el volumen de maíz a cosechar, fundamentalmente por el áspero resultado que mostrará el de segunda, será mucho más reducido de lo estimado, hasta hace poco.
En medio de la incertidumbre sufrida por la actividad agrícola y ganadera en nuestro país, hay algo muy cierto: la cosecha de soja, difícilmente, supere el volumen de 42 millones de toneladas. Es más, muy probablemente, el volumen esté próximo a 40 millones.
Enero, febrero y lo que va marzo, han sido crudamente secos. Puede afirmarse que una sequía tan severa no se veía desde la de la campaña 1988/89. Realmente, alarmante.
Con este cuadro, y considerando la importancia de la oferta argentina en el comercio mundial, los precios siguen su camino alcista. Y el techo no se advierte dónde está.
Y no sólo es un problema de cantidad, es también uno de calidad.
La suba, que venimos viendo desde enero, partió de un valor relativamente bajo dadas las estimaciones de diciembre que pronosticaban una gran cosecha.
Respecto al poroto de soja, por mucho tiempo, los fondos mantuvieron una posición vendida, bajo idea de que Argentina y Brasil tendrían una excelente cosecha.
Los fondos no llegaron a considerar la gravedad de la sequía en la Argentina hasta mediados los primeros días de febrero.
A partir de allí, las subas en Chicago no cesaron para el maíz y todo el complejo sojero, sobre en los precios de la harina donde nuestro país es líder mundial en exportaciones.
Desde el primer día de febrero, el poroto de soja ha subido alrededor de 27 dólares y la harina, casi 70 dólares por toneladas. En este cuadro, quedan como ganadores las industrias procesadoras con márgenes superiores a los usuales.
La tendencia podría acentuarse el jueves que viene. ¿Qué pasará ese día?
El jueves próximo, el USDA va publicar el informe mensual de estimaciones de oferta y demanda de granos y subproductos. Es más que probable que tal informe termine de caer en la realidad y, muestre, al menos, una abrupta caída en la producción argentina proyectada.
No sería sorprendente que para fin de mes, la soja en el mercado disponible local se acerque a $.6.800.-
Y por más que proyecciones del USDA, respecto a la superficie a sembrar con soja este año sea superior a la de maíz, algo nunca visto, difícilmente el precio de la soja afloje en el corto plazo, con reservas visiblemente reducidas.