Los fondos de inversión en Chicago cambiaron su visión del mercado, o tal vez resulte mejor decir que la realidad de los acontecimientos hizo cambiar la tendencia de los precios, principalmente en soja y en trigo, y por razones algo distintas.
En el caso de la soja no hay dudas que los fondos subestimaron la sequía en la Argentina y su impacto en la baja de la producción, estimada en un mínimo de 10 millones de toneladas. Como dato concreto de lo sucedido en Chicago, en la segunda semana de febrero los fondos compraron un total de 2,5 millones de toneladas y llevaron su posición neta compradora a 20 mill./t, entre sus posiciones de futuros y opciones. Venían de una posición vendida, pensando en la baja del mercado, y en las últimas dos semanas fueron achicando su posición vendida y ahora tiene una posición totalmente opuesta, comprada, apostando a la suba del mercado.
En cambio, la posición de los fondos en harina de soja siempre fue comprada, es decir alcista, y por este motivo la mayor suba de la harina en comparación con la suba del poroto esta mejorando sustancialmente los márgenes de la industria aceitera estadounidense. La menor producción en nuestro país tendrá impacto directo en el menor volumen de procesamiento de soja y, en consecuencia, en la caída en los volúmenes de producción y de ventas externas de harina de soja. Aquí está el principal factor que tiene impacto en el mercado, pues la Argentina es el primer exportador mundial de harina de soja.
Y una caída en la magnitud que se está proyectando en la oferta de harina de soja de nuestro país tuvo el lógico efecto alcista en los precios de del subproducto en Chicago. En los últimos 30 días, la harina acumuló alzas por US$65, mientras que el poroto ganó algo más de US$26 por tonelada. Con estos precios relativos, los márgenes de la industria aceitera en EU.UU. mejoran considerablemente y logran potenciar su competitividad en el comercio mundial en comparación con la oferta de harina argentina.
En el caso del trigo, Chicago es un fuego, con subas de US$8 durante varias jornadas seguidas. En esa tónica tiene que ver la sequía que esta sufriendo Kansas, el principal Estados productor de trigo de los Estados Unidos.
Según el último informe sobre condición de suelos y de cultivos elaborado por el USDA, en febrero la humedad superficial del suelo era muy baja en el 36% de las zonas y baja en el 38%. Solo el 22% contiene un nivel de humedad adecuado y el 4%, humedad por arriba de lo normal. En el análisis de la humedad en el subsuelo la situación es más dramática, con el 26% en condición muy baja y el 45% baja. Apenas el 28% contiene humedad adecuada para una buena implantación de los cultivos. Si no mejora el perfil de humedad, el trigo puede ser candidato a seguir los pasos de la soja.