Cada nuevo nombre que se suma a la lista es motivo de un renovado festejo. Y refuerza la convicción de que, como lo describió un alto funcionario, "tan mal no nos va haciendo política, a pesar de todo lo que dicen los medios".

Las crecientes y diarias deserciones de importantes dirigentes sindicales a la marcha convocada para el próximo miércoles 21 por el camionero Hugo Moyano le mejoraron el humor al gobierno del presidente Mauricio Macri, que desde la residencia presidencial de Chapadmalal sigue el minuto a minuto de las charlas de sus funcionarios con los gremialistas, cada vez más convencidos de la inutilidad de "quedar pegados" con el ex secretario general de la CGT, complicado por la Justicia y con una relación sin retorno con el Presidente.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y sus pares Rogelio Frigerio (Interior) y Guillermo Dietrich (Transporte) reforzaron en las últimas horas sus contactos con distintos representantes gremiales. El objetivo: terminar de aislar a Moyano y mostrarlo como miembro de una minoría intolerante en el contexto de un sindicalismo que "dialoga" con la Casa Rosada.

"Moyano quedó a la defensiva por su situación judicial. Se va a quedar solo con [Roberto] Baradel, los K y la izquierda", celebró uno de los funcionarios que siguen paso a paso los noes de los gremios, que incluyeron en las últimas horas a miembros del triunvirato de la CGT como Carlos Acuña y Héctor Daer; pesos pesados como Armando Cavalieri (Comercio), Andrés Rodríguez (UPCN), Luis Barrionuevo (Gastronómicos) y Gerardo Martínez (Uocra), y referentes claves de los gremios del transporte como Roberto Fernández (UTA) y Omar Maturano (La Fraternidad-Ferroviarios).

Un Moyano aislado y hasta nervioso -ayer criticó duramente a sus pares y habló de "una CGT subordinada" al Gobierno por no apoyarlo- es un escenario casi ideal para Macri, luego de las amenazas del camionero, que la semana pasada tildó a Macri de "mafioso" y predijo que al Gobierno le quedaba "poco tiempo". Casi al mismo tiempo se conocía una denuncia de la diputada Graciela Ocaña en su contra por presuntos desvíos de fondos desde la obra social de su gremio hacia empresas de su propiedad.

Referentes

Más allá de la actividad de Triaca -defendido por el Gobierno y con bajo perfil desde el escándalo con su ex empleada Sandra Heredia-, el Gobierno recurrió esta vez a otros interlocutores para negociar con los sindicalistas. Frigerio, por caso, reforzó las conversaciones con José Lingeri (Sanidad) y Martínez, mientras Dietrich hablaba con Fernández y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), con quien firmará un convenio de "mejoras para el sector" mañana mismo.

En Transporte destacan, además, las gestiones reservadas de Lucas Fernández Aparicio, joven funcionario de origen peronista, encargado de Relaciones Gremiales de ese ministerio, que tiene aceitados contactos en el mundo sindical y que también responde a Triaca. "Si no adhieren los gremios del transporte, la protesta se cae y Moyano se queda solo", se entusiasmaron desde un despacho oficial.

Cerca de Dietrich confían en convencer a "varios gremios portuarios" de que tampoco se sumen a la manifestación, aunque descuentan que Dragado y Balizamiento, que encabeza Juan Carlos Schmid, el tercer miembro del triunvirato cegetista y el más cercano al camionero, será uno de los que participen de la manifestación.

El optimismo de la Casa Rosada en torno a la adhesión real que consiga Moyano se mezcla con el temor a episodios violentos. "Lo ideal sería que estas manifestaciones que puedan derivar en hechos de violencia no se lleven a cabo. Pero tenemos vocación de hablar con todos", afirmó a LA NACION uno de los ministros con línea abierta para los sindicalistas en estas horas.

"No descartamos que haya violencia en el acto, los que van a marchar son grupos radicalizados y alguno se puede descontrolar", agregaron desde otro ministerio importante.

Mientras sigue "al detalle" los contactos con los gremios, el Presidente pasó ayer otro día en Chapadmalal, adonde llegó antes del fin de semana para festejar su cumpleaños número 59 junto a su esposa, Juliana Awada, y amigos como José Torello y Martín Seefeld, con quien jugó paddle anteayer.

A mediodía, el Presidente almorzó sin cámaras a la vista con la conductora televisiva Mirtha Legrand (ver aparte) y definió su retorno a Buenos Aires, que se efectivizará en la noche de hoy. Mañana, en su regreso a la actividad oficial, habrá un acto conjunto en La Plata con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el jueves tendrá reuniones en la Casa Rosada antes de regresar a Chapadmalal el jueves por la noche para el inicio del "retiro" anual junto a los miembros del gabinete y referentes parlamentarios de Cambiemos.