El año pasado puede ser recordado como el año en el que se reactivó el crédito hipotecario, después de casi una década de estancamiento, pero también como el año en que el Banco Nación (BNA), la entidad más grande del país, puso en marcha su monumental engranaje. En 2017, la entidad estatal prácticamente duplicó su cartera de créditos al sector privado, con una tasa de crecimiento que duplicó la del sistema financiero.
La cartera de préstamos al sector privado no financiero del gigante estatal
aumentó en un 90% en 2017, contra un 45% promedio que creció la de todo el
sistema. "Fue una año excepcional de crecimiento -dijo en diálogo con la nacion
Javier González Fraga, presidente del banco-. A tal punto que aumentamos la
participación del banco en la totalidad del sistema bancario".
El BNA, que a comienzos de 2017 tenía un stock de créditos equivalente al 10,88% del sistema bancario, terminó el año con una participación del 13,58%. La cartera de créditos al sector privado del banco creció en el período de $122.622 a $213.268 millones.
Prácticamente en todas las líneas de créditos el banco público superó la tasa de crecimiento del sistema. En hipotecas, la entidad estatal hizo punta: incrementó su cartera de préstamos para la vivienda en un 226%, mientras que en todo el sistema la línea creció una tasa nada despreciable del 112% entre diciembre de 2016 y diciembre de 2017. Su financiamiento a la banca comercial aumentó en un 91%, al tiempo que los préstamos destinados a individuos crecieron en un 97,1 por ciento. Solo en préstamos personales el banco creció por debajo del sistema: multiplicó su cartera en un 47,9% versus el 58,9% del sistema.
"Esto empezó en abril, cuando convoqué a todos los gerentes del Nación en el
CCK y les dije que salieran a prestar. El reconocimiento es para la gente del
Nación: los gerentes y empleados de las sucursales que hicieron un esfuerzo.
Estoy orgulloso de haber recuperado la participación del banco en el sistema;
veníamos bajando sostenidamente desde hacía 20 años", afirmó González Fraga,
quien dice estar igualmente optimista en 2018. "En enero la demanda de hipotecas
no se frenó nada. La gente no se va de vacaciones en cuanto está tramitando el
crédito", dijo el economista, que además anticipó que el banco había hecho
desregulaciones "en el tema notarial" para acelerar los trámites y por ejemplo
ya no hace falta que los escribanos del banco revisen las escrituras de los
privados.
Echó por tierra así las versiones de que la entidad estatal disminuiría este año su ritmo de colocación de créditos por problemas de liquidez, sobre todo después de acordar con el Tesoro, su accionista, que en abril de este año le entregará $20.000 millones de su capital.
"La liquidez en 2017 pasó del 50% al 30%, y ahora en enero rebotó al 35 por ciento. Todavía es holgada, porque el encaje [la porción de los depósitos que regulatoriamente deben inmovilizar los bancos] es 12%. Los bancos del sistema, es cierto, tienen 40% de liquidez, pero porque colocan el dinero en Lebac [por las letras del Banco Central], que es más rentable", esgrimió González Fraga. "Nosotros elegimos ser menos rentables, pero nuestro rol es dar crédito. Y aunque nuestra rentabilidad se deterioró, seguimos siendo rentables. No me preocuparía tampoco que la liquidez baje al 20%. Tenemos buena posibilidad de seguir prestando", subrayó.
Aunque González Fraga admitió que le hubiera gustado que el Tesoro no le exigiera los $ 20.000 millones que deberá girarle en abril, dijo que el banco "todavía tiene capital en exceso".
Pese a la baja de tasas del BCRA, González Fraga dice que el banco no tiene por ahora planes de modificar las condiciones de sus créditos. "Habíamos subido las tasas a fines de año, pero la mayoría de los créditos que están saliendo ahora son con las condiciones viejas. Además, las tasas de los plazos fijos no han bajado", apuntó. "Con lo cual las vamos a mantener [a las tasas de los créditos]", agregó.