Después de un prolongado letargo, han aparecido elementos internacionales que afectan favorablemente los precios en Chicago, y obviamente, en nuestro mercado.
Ustedes dirán que uno de ellos -probablemente el principal- es el clima en nuestro país, a consecuencia del cual los cultivos de soja están sufriendo en su fase reproductiva y de los preocupantes pronósticos relacionados con La Niña.
Y es cierto. Pero también, debe tomarse en cuenta los problemas derivados de la ola de frío que azota (y ha golpeado) a gran parte del hemisferio norte.
Los extremos fríos, con aguas congeladas, azotan el área del Medio-oeste de EE.UU. Sin dudas, estas inclemencias del clima dañarán la cosecha del trigo de invierno.
Los terribles fríos localizados en gran parte de las Planicies y el Medio-oeste llevan a pensar en considerable pérdidas en las cosechas, incluyendo al potente Estado de Kansas.
Por el momento, resulta difícil determinar la magnitud del perjuicio que está ocasionando el frío y el tiempo seco.
Otra cosa que resulta prever es la evolución del clima frío y cómo podrá afectar éste a los suelos de la zona agrícola del país, al momento de sembrar la soja y el maíz.
Recordemos que, por ejemplo, para la germinación de la soja la temperatura óptima de los suelos gira en torno a 21°. Y no falta tanto para que llegue la primavera.
En principio, todos elementos, de una forma u otra deberían incentivar la suba de precios, especialmente del trigo, en los días venideros. Habrá que ver qué pasa con el clima no sólo en EE.UU. sino en el resto del hemisferio.
En el hemisferio sur, el calor se acentúa. En Australia, por ejemplo, se registran temperaturas insoportables. En Sidney, ayer domingo, las temperaturas casi superaron los registros del sofocante año 1939, cuando se llegó a 47,8 grados.
En tanto, crece la probabilidad de que se instale con mayor fuerza La Niña en América del Sur.
De esta forma se aguarda una reducción en las lluvias y un aumento en las temperaturas para lo que resta del verano. El hecho de que ésta afecte la producción en la Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia podría impulsar los valores de la soja a la suba, en el mercado de Chicago.
Aunque no ideal, la situación en Brasil es mejor que en la Argentina. Las precipitaciones han sido más generosas durante diciembre.
En nuestro país, las recientes lluvias (del viernes pasado) alarmaron por su escasa magnitud.
La escasez de agua no sólo afecta la productividad, también golpea sobre el plan de siembra. En definitiva todo lo que sucede en nuestro país es gravitante para la formación de los precios agrícolas a nivel internacional, muy especialmente de la soja.
Restaría la incorporación de alrededor más 2 millones de hectáreas. A este paso, resulta difícil que se complete la siembra de la superficie proyectada de soja que alcanza a 18.100.000 hectáreas.
La mayor parte del área remanente se localiza en el norte del país, es decir en el NOA y el NEA.
De esta forma, hoy resulta difícil predecir un volumen de cosecha de soja visiblemente por encima de 50 millones de toneladas.
En el mercado local, el valor de la soja sigue muy firme. La mejora no sólo proviene de los problemas climáticos, influye también la reducción gradual de los derechos de exportación y la suba del dólar.
A ello, se une la reticencia de los tenedores a desprenderse de su mercadería. Este cuadro se da pese a la existencia de algo más de 9 millones de toneladas de soja de la cosecha 16/17, sin vender aún.