Para el próximo año se espera estabilidad en la economía mundial, con China
continuando el crecimiento pero a tasas decrecientes, la Unión Europea
recuperándose de la crisis y los países petroleros (demandantes de carne) con
perspectivas de recuperación del precio del petróleo.
El comercio internacional de carne es de 9 millones de toneladas y se espera
que crezca un 3% en 2018. El 65% de las exportaciones mundiales de carne se
divide entre 4 países (India, Brasil, EEUU y Australia).
La demanda de carne mundial está más atomizada y es explicada por nueve
países que concentran más del 70% de las importaciones (EE.UU, China, Japón,
Rusia, Corea del Sur, Unión Europea, Hong Kong, Egipto, Chile). Argentina tiene
cerrado el acceso a tres de ellos, EE.UU, Corea del Sur y Japón, que son
mercados de alto valor. La apertura de estos mercados comprende inicialmente el
visto bueno sanitario, y luego reducir los aranceles que alcanzan valores del
40% y 39% para Japón y Corea del Sur, respectivamente.
China es el gran traccionador del mercado internacional de carne. Hoy
Argentina le vende carne congelada y de bajo valor (4200 USD/t). En este
sentido, se está trabajando en los protocolos para poder exportar carne enfriada
sin hueso y quedan pendientes negociar reducciones de aranceles (en la
actualidad de 12,5%). Se espera que en el 2018 Argentina pueda colocar 30 mil t
más de carne en este mercado. La Unión Europea tiene potencial de crecer en 5
mil t respecto al 2017, al igual que Chile con 4 mil t. En total se espera que
las exportaciones nacionales crezcan un 16% respecto al 2017, llegando a las 350
mil t equivalentes carcasa.
Con relación al mercado interno se espera para el 2018 fortalecer el consumo
y la demanda de carne vacuna. Las perspectivas del negocio agrícola han caído
frente a la última campaña. El precio esperado del maíz para la próxima campaña
tiene una tendencia decreciente debido a stocks altos en los principales países
exportadores (EE.UU, Brasil, Argentina) y perspectivas de una buena cosecha en
Sudamérica.
Para 2018 se prevé un precio sostenido de los animales a faena, con
posibilidades de suba del 1 al 4% en términos reales. El fundamento de esta
proyección es la alta correlación existente entre precio y total faenado para
los últimos 14 años. La producción de carne vacuna proyectada para este año es
de 2,80 mil.t equivalente carcasa, una cifra 2% inferior a la registrada en
2017.
Hay tres cuestiones que sustentan esta estimación. La primera explicación se
relaciona a que durante los dos últimos años se faenaron el 100% y el 106% del
stock de novillos y novillitos existente al inicio de cada año. Esto sucede
porque la duración de las invernadas se ha cortado al punto de que se faenaron
machos a una tasa mayor o igual de la que se produjeron los terneros. La segunda
cuestión es una reducción del stock de machos con respecto a 2017 de entre
300.000 y 400.000 cabezas. En tercer lugar, se espera que la faena de hembras
aumente por una moderación de la retención. La tasa de extracción de hembras
proyectada para 2018 es de 18%; inclusive se podría llegar hasta el 19% sin
comprometer al stock bovino actual. En el 2017 la tasa de extracción de hembras
fue de 16,8%.
La historia muestra que desde el 2010 el precio del novillo ajusta de a
"saltos", pasando por picos y valles. Esto en el marco de un mercado interno
firme en demanda y una oferta ajustada. La muy alta tasa de extracción de machos
puede favorecer que el 2018 sea un año de salto de precio; sin embargo, este
efecto puede ser aplacado por el aumento de la oferta de hembras en la faena.
En referencia a la invernada, es importante destacar que en general el precio
del ternero tiene una débil asociación con la cantidad de terneros que se
destetan por año. Sin embargo, el precio a la zafra está fuertemente
correlacionado con el precio del ternero de noviembre del año anterior. A partir
de esta relación, es esperable un incremento de 4% en el precio del ternero
respecto al año pasado.
Por último, en términos generales los asesores de las diferentes regiones CREA, ante estas proyecciones están esperando un incremento de los costos superior al del precio de la hacienda lo que resulta en márgenes más ajustados. Las oportunidades las perciben en las relaciones de precios en general aún positivas para la ganadería y en una buena relación carne-maíz aunque hay que estar muy atentos a trabajar en las eficiencias internas. Asimismo, la mayoría de las regiones advierte como una fuerte amenaza lo que pueda suceder con el clima, potencial generador de un aún mayor incremento de los costos.