En materia comercial, el Gobierno de Donald Trump no fue precisamente benevolente con Mauricio Macri en 2017. Después de haber incrementado las trabas para el ingreso de biodiésel argentino, sin embargo, Trump finalmente le dio a Macri un regalo de fin de año: tras más de 12 meses de negociaciones decidió reincorporar a la Argentina al sistema general de preferencias (SGP), el régimen que permite a países en vías de desarrollo ingresar en el mercado norteamericano algunos productos sin pagar aranceles de importación.
"He determinado que la suspensión de la Argentina como beneficiario del SGP
debe terminar", dice el texto del documento que lleva el sello de Trump. La
Argentina había sido suspendida del programa en 2012, por la administración de
Barack Obama, como castigo porque el gobierno de Cristina Kirchner no estaba
cumpliendo con los fallos del Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial, en
el que se dirimen las cuestiones económicas entre empresas y Estados.
Según explicaron a LA NACION fuentes de la Secretaría de Comercio, ahora sólo resta que el Congreso de los Estados Unidos renueve formalmente el programa. La incorporación del país en el régimen comercial empezará a regir a partir del mes que viene.
"Este es un paso importante en los esfuerzos para lograr una mejor inserción
internacional y avanzar así hacia el objetivo de pobreza cero. Más exportaciones
es más empleo, más desarrollo, más oportunidades para los argentinos", dijo el
ministro de Producción, Francisco Cabrera, en un comunicado.
"El intercambio comercial bilateral es muy bajo y hay mucho espacio para avanzar ahí. Volver a acercarse y volver a mostrar a la Argentina para atraer más inversión de Estados Unidos es muy importante. Vamos a seguir trabajando para buscar nuevas áreas de cooperación entre la Argentina y los Estados Unidos", agregó.
En el Gobierno estiman que reincorporarse al SGP podría implicar reabrir
exportaciones por US$ 400 millones. Los beneficiados serían sobre todo
productores, economías regionales y provincias.
Macri había iniciado los trámites para ser aceptado al SGP durante la administración de Barack Obama y en enero pasado el gobierno argentino tuvo una audiencia ante el Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR, pos sus siglas en inglés).
Pero el proceso se congeló tras la asunción de Trump, quien apenas llegó a la presidencia decidió poner en suspenso todos los trámites ya iniciados.
El impacto económico
De acuerdo con un informe de Copal, la cámara que agrupa a las empresas de alimentos y bebidas, la industria de alimentos de la Argentina exportó en 2011 -el último año completo de beneficio del SGP- US$ 204 millones, lo que equivale al 14% de lo que la industria exportó a los Estados Unidos.
"Esto representó el 8% del total de importaciones estadounidenses de estos productos dentro del SGP, colocando a la Argentina en el cuarto lugar como país de origen", dice el texto.
Los principales productos exportados en el marco del SGP en 2011 fueron: vinos (US$ 38,4 millones); preparaciones y conservas de carne vacuna (US$ 33,4 millones); artículos de confitería sin cacao, incluido el chocolate blanco (US$ 33,2 millones); aceite de oliva y sus fracciones (US$ 29,0 millones); quesos (US$ 16,8 millones); maníes (US$ 10,9 millones); frutillas (US$ 9,5 millones), entre otros.
Para Copal, la suspensión de la Argentina como país beneficiario del programa SGP de los Estados Unidos en marzo de 2012 impactó fuerte en el comercio exterior bilateral entre Estados Unidos y la Argentina.
Las exportaciones argentinas de la industria de alimentos y bebidas cayeron un 14% en el período 2011-2016, lo que representó entonces una reducción de 197 millones de dólares.
El programa del SGP había sido instituido en enero de 1976 y autorizado bajo el Acto de Comercio de 1974.