Empezó con exceso y ahora enfrenta escasez de humedad y sequía en muchas
regiones. La campaña agrícola viene complicada y amenaza con complicarse más por
el agravamiento del enfriamiento del Pacífico y por pronósticos de La Niña,
sinónimo de lluvias inferiores a lo normal. En el sur de Santa Fe, los lotes
altos están sembrados con maíz de primera, que alcanzó 10-12 hojas y se detuvo,
ahora tarda en florecer por la primavera fresca y por la falta de humedad.
El maíz de segunda promete un margen bruto muy dudoso y mayor costo de implantación comparado con el de soja tardía. Esta realidad determinó que haya muchas ofertas de semilla del cereal por parte de los proveedores. "Téngame en cuenta al momento de hacer las compras de bolsas de maíz", es un mensaje que reciben muchos agricultores por parte de algunos comerciantes, que ofrecen ciertos híbridos a valores tan bajos como US$ 52 por bolsa, a pagar en junio.
Las sojas de primera de grupo corto que se pudieron sembrar en octubre están
floreciendo con poco desarrollo y con perspectivas de cosecha en febrero. Las de
grupo largo se está implantando en estos días en los lotes que recibieron algún
chaparrón apuntando construir el rinde con las lluvias de febrero. Los girasoles
de la zona se levantan 60-70 centímetros del suelo y resisten mejor la sequía,
aunque la superficie no aumentó todo lo que se vaticinaba.
Por ahora, los productores no están comprometiendo volúmenes importantes con ventas anticipadas de maíz, por sus precios poco atractivos y por la incertidumbre sobre el rendimiento final por alcanzar. Sí están vendiendo alguna proporción de la cosecha esperada de soja de primera, una vez que observan cultivos logrados en suelos con disponibilidad de humedad luego de alguna lluvia, impulsados por los valores más rentables para mayo de 2018.