La industria lechera tiene desde la demanda una concentración baja y no hay
prácticas que puedan ser anticompetitivas en relación con los productores, según
el Gobierno. A estas conclusiones, entre otras, llegó una investigación de
mercado que realizó la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC),
organismo desconcentrado de la Secretaría de Comercio, dependiente del
Ministerio de Producción, con la Subsecretaría de Lechería del Ministerio de
Agroindustria.
El estudio pone números para medir que la concentración es baja. "En el mercado de leche cruda, desde el lado de la demanda, a pesar de existir más de 1000 empresas, el índice C4 [considerando las cuatro principales empresas] muestra que las cuatro más grandes concentran el 55% de las compras de leche cruda", sostiene la investigación de la CNDC, que preside Esteban Greco.
Según una fuente, si se consideran firmas no alcanzadas en la muestra, ese
índice bajaría entonces al 40,5%, con lo cual el nivel de participación del C4
sería todavía menor. En tanto, siguiendo parámetros de los Estados Unidos, con
el índice Herfindahl-Hirschman (HHI), otra forma de medir la concentración
económica en un mercado, allí también se da que la concentración es baja.
Para el indicador, de 1 a 1500 la concentración es baja, de 1500 a 2500 es moderada, en tanto que por encima de esa marca es alta. Para el caso de la industria argentina, desde la demanda el puntaje dio 958, es decir, entra en la categoría baja. En algunos rubros hay, no obstante, alta concentración. Así, en leches pasteurizadas el índice C4 es de 89% y el HHI 5463. En tanto, en el mercado de yogur el HHI es de 3988 y el C4 de 90 por ciento.
La investigación se realizó citando a audiencias a productores, industrias y
supermercados. Además de la concentración se analizaron otras cuestiones. Una de
ellas es el denominado "clearing lechero", una práctica donde las industrias
suelen prestarse leche entre ellas. Para los productores, con esa metodología
las industrias impiden que suban los precios al intercambiar la leche entre sí.
En este punto, según la investigación oficial, más que ser algo anticompetitivo esto responde más a cuestiones de eficiencia en la operatoria. "Para que sea anticompetitivo tendría que tener un impacto y esto no es más del 3% del total [del volumen de la leche comercializada en el país]", contó una fuente oficial.
Otra cosa que se analizó es la llamada "lealtad al proveedor", lo que implica que las empresas no compran la leche de productores que abastecen a otras industrias. Es decir, no se quitan los tambos entre sí. Pero, en este punto, para la investigación no hay condicionantes que impidan hacer el cambio para los productores.
El trabajo le recomienda a la Subsecretaría de Lechería de la Nación varias cosas. Por un lado, garantizar con medidas que en el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea) ninguna empresa acceda a la información de precios de otras. Por otra parte aconseja que los productores tengan más participación en la muestra de los análisis en los laboratorios. Y recomienda a las cámaras industriales, como el Centro de la Industria Lechera (CIL), que en sus reuniones no intercambien información de precios o de cuestiones comerciales.
Radiografía de la concentración
Por el lado de la oferta de productos elaborados, cuatro empresas concentran el
86% de la oferta de leches fluidas. Este indicador es aún más alto en el
segmento de leches pasteurizadas, con un 89%.
De 700 empresas, solamente 22 son consideradas grandes (no pymes). Procesan 750.000 litros diarios (considerando el promedio 2014-2017) y representan el 80% de las compras totales de leche cruda. En tanto, excluyendo estas industrias hay un universo de pymes que en promedio procesan 64.000 litros diarios.
En cuanto a la producción de quesos, las cuatro firmas más importantes en este mercado explican el 50% de las cantidades vendidas, según se desprende de la investigación de la CNDC.