Las tormentas volvieron a pasar de largo por el corazón productivo de Argentina. El pulso seco se endureció en la región central con temperaturas máximas que superaron los 35°C hasta alcanzar los 36,5 °C. Los vientos avivaron la intensa desecación de los suelos con ráfagas muy importantes que dominaron durante todo el fin de semana.
Han sido sorprendentes los escasísimos montos de agua que se registraron en la zona núcleo. Los nubarrones cubrieron el horizonte con amenazas inminentes de agua, sin embargo, el frente se trasladó sin dejar más que un puñado de milímetros. Si bien se esperaba que el frente frío llegara debilitado a la región central, las lluvias fueron notablemente inferiores a lo que se esperaba.
Hernando fue la más privilegiada por las lluvias en el este Cordobés, recibió 24 mm. En sus alrededores, Guatimozín, Idiazabal y Bengolea rondaron los 17 mm. En el noroeste de Buenos Aires, General Villegas contó con 6 mm. En la franja este del sur santafesino, los milímetros fueron inferiores a los 5 mm.
Demasiado poco para condiciones de tanta desecación. Estas lluvias estuvieron muy lejos de destrabar las siembras y ofrecer alguna mejora importante a los cuadros implantados. En la región núcleo restan aún por hacerse el 50% de los maíces tardíos, el 40% de las siembras de soja segunda, y casi el 2% de las siembras de soja de primera. En total son casi 700 mil ha. De todas formas la mayor preocupación está puesta en los maíces tempranos. Están a escasos días de comenzar su etapa más sensible a la falta de agua, que es la floración. La última evaluación hecha el jueves 7 de diciembre revelaba más de 100 mil hectáreas en condiciones regulares a malas.
Para el próximo martes 12 y miércoles 13 se espera una inestabilidad muy moderada. No se van a producir las lluvias generalizadas que la región necesita. El Dr. José Luis Aiello advierte que “en los próximos quince días las lluvias estarán por debajo de lo normal en la franja central. Las mayores intensidades de lluvias se esperan en el norte del país”.