SANTA FE.- La Tarantela, una fábrica de quesos ubicada en la localidad
bonaerense de Navarro, que distribuye sus productos en el conurbano y en la
ciudad de Mar del Plata, se hará cargo de la planta que SanCor cerró a comienzos
de marzo pasado en Centeno, al sudoeste de esta capital provincial.
En los últimos días, un grupo de los 40 trabajadores que aún permanecían en
relación de dependencia con SanCor regresaron a la planta, ubicada a la vera de
la ruta nacional 34, para reanudar tareas de limpieza y mantenimiento de las
instalaciones.
La Tarantela distribuye sus productos en el conurbano bonaerense y en la
ciudad de Mar del Plata y es muy fuerte en el sector de las pizzerías. Fundada
en los años 20, su creador era un italiano nacido en Nápoles llamado Salvador De
Maio. Entre los productos que elabora se destacan la ricota y los quesos
blandos, semiduros y duros.
"La idea es que en 15 días la planta esté en funcionamiento", sostuvo Claudio
Ordóñez, delegado de los trabajadores de esa planta. "El personal, no en su
totalidad, pero sí la gran mayoría, está colaborando para que la planta se
vuelva a poner en funcionamiento. Estamos haciendo tareas de pintura y limpieza.
La idea es que en 15 días se ponga en funcionamiento", insistió. Ordóñez recordó
que la planta se paralizó hace ocho meses y que tenía 61 empleados. De ese
total, 13 aceptaron el retiro voluntario, ya que tenían 55 años de edad y más de
30 de aportes. A otros seis trabajadores se les ofreció el traslado a la planta
de Gálvez, pero lo rechazaron y acordaron una indemnización. "Ahora somos 38,
que es el número que pretende La Tarantela", explicó.
"Estamos muy conformes porque vamos a estar todos bajo el convenio de trabajo de Atilra y nos van a respetar la antigüedad y la categoría", aseguró Ordóñez.
En marzo último, además de Centeno cerraron las plantas de Brinkman, Córdoba (depósito de quesos y acondicionamiento de materia prima para seleccionarla por calidad), Coronel Charlone, en Buenos Aires (elabora roquefort), y Moldes, Córdoba (queso pasta dura para exportación y mercado interno).
En su último balance, SanCor aumentó en $ 300 millones su rojo. Pasó de $ 2421,4 millones en el período 2015/2016 a $ 2749,6 millones en el ciclo 2016-2017.
En tanto, el 30 del actual es el límite que tiene SanCor para definir su destino, ya que ese día vence un acuerdo privado con acreedores para evitar que le hagan demandas. Según trascendió, hasta el momento se mantiene vigente el interés de Fonterra, la cooperativa láctea de Nueva Zelanda, para adquirir cerca del 70% de los activos de SanCor.