El mercado de ganados y carnes está resistiendo bien –hasta ahora- el pico estacional de oferta de hacienda, proveniente en su mayoría de los feedlots, tanto profesionales como caseros. Hay más oferta, con faenas 7-10% más altas que un año atrás, hay más demanda doméstica (no menos de 2 kg per cápita) y hay más exportación: en septiembre se embarcaron 29 mil toneladas, lo que ya equivale al 12% de la demanda total. Es poco, pero hasta hace unos pocos meses esta participación era sólo el 7-8%.
Muy firme el novillo pesado, y muy firme la vaca (gorda, manufactura y conserva), reflejo de la insaciable demanda china, que no parece tener límites. Más flojo el novillito y especialmente el ternero, que sufre la sobreoferta estacional de los corrales. Así será por lo menos por un par de meses.
El consumo local está más activo y la exportación también; entre ambos están absorbiendo unas 170 mil toneladas (equivalente anual) de carne vacuna adicionales, a lo que habría que agregar otras 40 mil toneladas de cerdo y unas 120 mil toneladas adicionales de carne aviar. El consumo, de la mano de la reactivación económica, de un tímido aumento en el empleo, y de la recuperación de los salarios reales -después de una fuerte caída en el 2016-, está más firme, pero ahora empieza a sentir la competencia de la exportación, que le quita volumen disponible al mercado interno. La demanda internacional por carne vacuna está creciendo, y los precios internacionales están mostrando en las últimas semanas una suba, muy moderada, pero suba al fin. “Hoy no se exporta más, porque no hay materia prima”.
No es aventurado proyectar para el año que viene exportaciones del orden de las 350-370 mil toneladas, equivalentes al 12-13% de la demanda total y en ascenso. Con una faena y una oferta de carne similar a la de este año -la retención se ha ralentizado hasta casi desaparecer- el próximo año se podría combinar una oferta estabilizada, con una demanda local más firme y una demanda internacional en ascenso, lo que permitirá ser optimista con respecto a los precios reales de la hacienda, que hoy se ubican un 5% por debajo del promedio histórico. La demanda local ha comenzado a recuperarse, la demanda china parece no tener techo y la oferta argentina de carne vacuna, después de muchos años de desastrosas políticas ganaderas, ahora luce insuficiente.