En efecto las sucesivas mediciones semanales de la temperatura superficial del mar, han manifestado desvíos negativos que se consolidan al promediar la situación mensual. En el mapa destaca en color azul el corredor de aguas más frías que se extiende por el cero de latitud.


Este escenario debemos analizarlo y ponerlo en contexto. Si bien el desvío negativo es más significativo que el que se preveía a mediados de septiembre, el apartamiento sigue siendo muy débil. Apenas unas décimas de grado fuera del intervalo considerado de neutralidad, no bastan para generar una señal importante sobre la circulación atmosférica. De ningún modo el retroceso de las lluvias de octubre puede asociarse a este enfriamiento, y si este sería un argumento valedero, los valores extremos de precipitación del extremo norte de la Mesopotamia y sus vecindades, lo contradicen de manera contundente.

Entendemos que la anomalía cálida del Atlántico, continúa siendo más influyente sobre el comportamiento pluvial de la parte centro sur del sudeste de Sudamérica. El mismo oscila en su extensión e intensidad, pero no se retira. Esta anomalía por el momento sigue expresándose como una causa principal de las lluvias abundantes en la Mesopotamia, gran parte del sur de Brasil y Uruguay. Su efecto se modera hacia el oeste ya hacia el sur, sin embargo entendemos que con el correr del mes de noviembre esto tenderá a modificarse.

La circulación atmosférica se mostró muy variable durante el mes de octubre, alterando el predominio del flujo del noreste que inusualmente se observó durante el trimestre frío y el comienzo de la primavera. Paradójicamente, cuando se esperaba un afianzamiento de este predominio, el mes de octubre presentó mayor circulación desde el oeste y sudoeste. Este comportamiento del viento también fue un elemento que a la vez de influir negativamente sobre el campo pluvial favoreció el secamiento superficial.

Es muy improbable esperar que durante el mes de noviembre esta situación se sostenga. Es posible que haya mayor grado de alternancia, pero en el promedio de lo que resta del año, seguramente los vientos del noreste terminaran por transportar la carga de humedad necesaria como para al menos alcanzar un patrón normal de precipitaciones.

El extremo noreste del país por el momento vuelve a ser el epicentro de los máximos pluviales aunque las recientes precipitaciones, han incorporado a zonas del centro de SF y ER a un nivel de lluvias más generoso. Con el avance del mes de noviembre es razonable esperar que la humedad se expanda hacia zonas del oeste y que las primeras lluvias de importancia se concreten sobre el oeste del NEA y el NOA.

La zona núcleo ingresa en una decena de días relativamente seca, condición que no se sostendrá en la transición hacia la segunda quincena del mes. Durante los próximos diez días las precipitaciones tienen mayor probabilidad de ocurrencia sobre el sur de la región pampeana y el norte del país, para luego ingresar en un período donde las mismas ganarían territorio sobre la franja central.

CONCLUSIONES

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:

1. El indicador ENSO se mantiene dentro de valores que pueden considerarse neurales, los ligeros enfriamientos se han afianzado pero siguen sin ser relevantes en su acoplamiento con la circulación atmosférica.

2. La anomalía cálida del Atlántico es un elemento latente con fuerte afectación positiva del campo pluvial sobre el este de la región pampeana. En principio esta anomalía favorecería a que los máximos pluviales se ubiquen sobre las provincias pampeanas del este o se mantengan en la Mesopotamia.

3. Se espera que con el aumento de radiación y el calentamiento superficial, los sistemas precipitantes de origen convectivo comiencen a activarse favoreciendo a los sectores mediterráneos más necesitados. La temporada de lluvias en el NOA, todavía no inicia, pero en el oeste del NEA está atrasada, algo que también afecta el oeste cordobés. La segunda quincena de noviembre debería comenzar a dar respuestas pluviales favorables, independientemente de los pasajes frontales. Para ello es también muy importante que el flujo del noreste extienda su influencia hacia el oeste y logre una distribución más amplia de la humedad proveniente del Atlántico. La humedad de origen amazónico recién comienza a llegar a los llanos orientales de Bolivia.

4. No se esperan heladas fuera de fecha, principalmente en el sur de la región pampeana. Para expresarlo en forma correcta, estos eventos son muy improbables, el riesgo se presenta muy disminuido.