El Gobierno enviaría esta semana a los Estados Unidos el informe que
realizaron técnicos del Senasa tras visitar granjas y frigoríficos porcinos en
ese país.
A fines de septiembre pasado, luego de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, diera por habilitado el mercado argentino para la carne de cerdo estadounidense, calculando inclusive negocios por US$ 10 millones para sus productores, una delegación del Senasa viajó a ese país para inspeccionar su sistema de producción.
A diferencia de la Argentina, Estados Unidos tiene el síndrome respiratorio
reproductivo porcino (PRRS), una enfermedad que puede ocasionar fuertes pérdidas
en la producción. Por este motivo, entre otros, la importación es resistida por
los productores locales. Algunos técnicos creen que es baja la posible
transmisión de la enfermedad vía la carne.
Según pudo saber LA NACION, el Senasa estaría mandando el informe con lo que observaron sus técnicos. De acuerdo al organismo, esto no significa que ya esté operativo el mercado para la importación. Ahora, con el primer envío de la Argentina se abrirá un proceso administrativo que, dependiendo de lo que se vayan contestando entre sí las partes, debería desembocar en algún momento en la autorización formal para los Estados Unidos.
"El mercado argentino no está operativo para la importación", dijo una fuente del Senasa. En el Ministerio de Agroindustria se pronunciaron en la misma dirección.
Ansiosos por poner un pie en la Argentina, y competir con Brasil (de allí en los primeros ocho meses del año llegaron 7712 toneladas, 11% menos versus igual período de 2016), que desde hace años le vende a la Argentina, la semana pasada estuvieron en Agroindustria ejecutivos de la National Pork Producers Council. Según trascendió, vinieron a agradecer las gestiones del gobierno argentino y, además, comenzar a buscar importadores que estén dispuesto a traer la carne porcina desde ese mercado.