Luis Miguel Etchevehere no va a tener luna de miel en el Ministerio de
Agroindustria de la Nación. A diferencia del saliente ministro Ricardo Buryaile
, que pudo disfrutar de las mieles de las medidas que el presidente Mauricio
Macri tomó apenas asumió, como la rebaja de las retenciones, la quita de las
trabas para exportar e incluso la devaluación que permitió una mejora inmediata
en los números del agro, Etchevehere pondrá un pie en la cartera de
Agroindustria con un camino cuesta arriba. Los márgenes del negocio no son los
que eran, varias economías regionales todavía siguen aguardando tener sus brotes
verdes, a la lechería le cuesta recuperarse, los pequeños productores se quejan
de que siguen faltando políticas para ellos y la lista de cuestiones pendientes
no se termina ahí.
Encima, en los últimos días se agregaron factores perturbadores, como la rebaja del 29% para el precio del bioetanol de caña, la reducción del 22% para el bioetanol de maíz, la poda de casi el 4,5% en el precio para las pymes de biodiésel y la suba de la alícuota para el vino y las sidras, que golpea a las economías regionales. Si bien no son temas específicos de Agroindustria, tienen que ver con la cadena del sector. Por si fuera poco, en Buenos Aires la suba prevista del 50% en el Inmobiliario Rural para 2018 sumó malestar entre los productores.
A Buryaile muchos le reconocen no sólo la apertura hacia más mercados sino
también mantener el diálogo con las entidades. En el sector descuentan que
Etchevehere mantendrá lo primero, se enfocará hacia la competitividad que él
mismo venía reclamando y esperan que también siga en la línea del diálogo.
Etchevehere es el ministro que Macri ya había buscado tener en diciembre de
2015, pero desistió por algunas resistencias de su círculo rojo.
Para Matías de Velazco, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), la lista de cuestiones prioritarias tiene que ver con contar con una ley de semillas, otra de agroquímicos, atender las economías regionales y la negociación del comercio de carne vacuna con los Estados Unidos, cuyo ingreso a ese mercado se demora. "Hay que rever el tema impositivo (nacional, provincial y municipal) sobre el sector. Para Carbap, el tema de la presión impositiva es clave: es asfixiante y no hay equidad con respecto a otros sectores de la economía", dijo De Velazco al enumerar los temas con los que se encontrará Etchevehere. Temas que no desconoce.
Para Jorge Solmi, dirigente de Federación Agraria Argentina (FAA), "lo que queda pendiente por resolver es la competitividad de las economías regionales, los pequeños y medianos productores y la agricultura familiar". Solmi remarca que el Estado y Agroindustria como organismo para el sector deben crear las condiciones para que los productores sean competitivos. Agrega entre las cosas por resolver el temas semillas y espera que continúe el diálogo. "Siempre hubo diálogo, más allá del resultado, y tenemos la esperanza de continuar en esa línea con esta nueva gestión", expresó.
Matías Lestani, del departamento de Economía de CRA, valoró que Buryaile haya logrado el desarrollo de líneas de créditos MiPymes del Banco Nación, que apuntan a la reconversión productiva en economías regionales. Para el experto, el desafío que tiene la nueva gestión es la "ejecutabilidad y la masificación" de este crédito. "Es crucial que los productores lo adopten y empiecen a reconvertirse productivamente, para mejorar su competitividad", dijo.
Inundaciones: una cuestión pendiente
El tema de las inundaciones y la suba de costos, como en el gasoil, también son temas que rozan al designado ministro. "Un 30% de los lotes buenos van a quedar sin sembrar por falta de piso y eso disminuye la productividad. En tanto, la liberación de los combustibles pega directo en el costo de producción en lo que es labor y cosecha. La desregulación del combustible impacta en el sector en 10.800 millones de pesos", calculó. Para el caso de la lechería, Buryaile se va dejando una mejor situación que la que él recibió a fines de 2015, pero "todavía queda camino por recorrer".
En este contexto, Dardo Chiesa, presidente de CRA, subrayó que Etchevehere "conoce los problemas, ha estado en todas las discusiones y forma parte del núcleo que considera el Presidente que tiene ser parte de esta gestión".
En opinión de Marcos Gallacher, profesor de economía de la Universidad del CEMA, Agroindustria, el INTA y el Senasa manejan US$ 700 millones, una masa de dinero que "hay que saber optimizar". Para el experto, "hay múltiples programas que entran dentro del paraguas del ministerio, en donde no existe una evaluación clara y profunda de su impacto como el Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap) y la Unidad para el Cambio Rural (UCAR)".
Según Gallacher, la cartera debería tener más peso en otras áreas que hacen al sector, como la infraestructura vial, clave para el traslado de la producción. "Hay otros puntos en donde Agroindustria no tiene una injerencia indirecta, como la infraestructura vial, que es gravísima y no veo que estemos haciendo mucho al respecto: tienen que fijar prioridades y presionar a los entes responsables", dijo.
Desde la industria frigorífica, Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, consideró que Etchevehere tiene dos desafíos por delante, uno vinculado con dotar de incentivos para que mejoren el peso de faena y los índices productivos y otro que es "consolidar" el trabajo que apunta a la transparencia en la cadena. Esta semana, se conoció que el Gobierno dio de baja cuatro cooperativas que no contaban con los requisitos para operar como tal. "El cierre de las seudocooperativas es un avance pero aún queda por hacer", indicó.
Más allá de los debe y haber para el futuro ministro, los temas ríspidos de los últimos días como el avance sobre los precios de los biocombustibles y la mayor presión para cadenas como el vino, en el sector se destaca que justamente alguien del agro esté en esa cartera.
"Es muy satisfactorio que siga habiendo representantes del sector en el Ministerio de Agroindustria", dijo Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, que añadió: "Creo que podemos seguir profundizando las medidas que el campo y las economías regionales necesitan.
Entre las expectativas y los reclamos
"En estos dos años no avanzamos nada en lo que se refiere a la cadena. El diálogo con el Gobierno fue cordial pero improductivo, ya que seguimos trabajando sin reglas de juego que hagan posible esta actividad una cadena en desarrollo". La queja es de Diego Manavella, secretario de la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba.
La lechería es uno de los temas que el designado ministro Luis Miguel Etchevehere deberá abordar en busca de la sostenibilidad para el negocio. Otro problema es lo que ocurre en las numerosas economías regionales, donde, además de las preocupaciones por la rentabilidad, afloran temores sanitarios, como el HLB para los cítricos.
"Hay que hacer prevención y para eso se necesita presupuesto. Ya hay casos de HLB en Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero, pero nunca se hicieron bien los controles para prevenir la enfermedad", dijo Fernando Borgo, presidente de Federación de Citrus de Entre Ríos. Borgo se detuvo en la cadena de valor de los cítricos. Un productor cobra de $ 1,5 a 2 pesos el kilo de naranja cuando en la góndola vale $ 20. "Con Buryaile se conversó mucho, pero se hizo poco", apuntó.