En Florentino Ameghino, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, CLAAS tiene uno de sus principales y más antiguos depósitos de la marca en la Argentina. CLAAS Argentina existe desde el año 2000 y cuenta con 11 depósitos distribuidos en todo el país. Además de trailers y desparramadores, en la planta de Ameghino la empresa fabrica las plataformas girasoleras con las que la marca equipa a sus cosechadoras en todo el mundo. De aquí sale el único cabezal que la compañía no produce en su planta de Hungría.
En poco más de una década, en Ameghino se llevan fabricados 1557 girasoleros, 1121 trailers y 1083 desparramadores. La innovación es una característica que define a la cadena agroindustrial de la Argentina y, por supuesto, está instalada en CLAAS. Aquí mismo, en Ameghino, se diseñó la nueva TUCANO 560 que desde 2016 se fabrica en Alemania.
Detrás del amor por los fierros, por el campo y la creatividad, en CLAAS Ameghino hay 115 personas que cada día depositan sus sueños y ganas de crecer. El 85% del staff tiene menos de 30 años. Entre ellos destaca un grupo de jóvenes ingenieras que ocupan mandos medios dentro de la empresa.
"Está completamente demostrado que las mujeres pueden ocupar a la perfección ciertos lugares que históricamente le estaban reservados a los hombres", dice Yamila Arias, de 28 años, ingeniera en alimentos egresada de la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (UNNOBA), con sede en Junín. Hace algunos meses Yamila fue seleccionada para estar a cargo del área de Recursos Humanos en la planta de Ameghino.
"Está bueno que hayan incorporado un montón de jóvenes profesionales porque cuando salís de la facultad sin experiencia es importante que confíen en vos", dice y destaca: "Además, por suerte somos cada vez más las mujeres que nos animamos a ocupar puestos que socialmente estaban reservados para los hombres".
Yamila es oriunda de Roberts, un pequeño pueblo de 4 mil habitantes cercano a
Ameghino, y estudió ingeniería en alimentos porque "muchos la consideran la
carrera del futuro". En su opinión, en un contexto de constante crecimiento de
la población mundial, la producción alimenticia es fundamental.
La nueva generación de profesionales que forman parte de la planta de
Ameghino también cuenta entre sus filas a María Dolores Elguea, una ingeniera
industrial de 29 años egresada de la Universidad Nacional del Noroeste de la
provincia de Buenos Aires (UNNOBA). Ella es oriunda de Vedia, otra localidad del
noroeste de la provincia de Buenos Aires.
María Dolores llegó a la planta de CLAAS hace un año para trabajar como
supervisora del área de producción. "Acá trabajamos todos a la par con mucho
respeto", dice y recuerda que aprendió a soldar cuando dio clases en una escuela
técnica, en su pueblo. "Sé hacer un poco de todo", remata.
Para los jóvenes nacidos en la zona, vivir en Ameghino, una localidad de poco
más de 6 mil habitantes, no representa un hecho extraordinario. Pero sí lo fue
para la ingeniera industrial Carolina Galli, de 25 años, oriunda de La Plata,
una ciudad de más de 800 mil habitantes, capital de la provincia de Buenos
Aires. Carolina se mudó al pueblo cuando comenzó a trabajar en el área de
producción de CLAAS, luego de hacer una visita guiada a la planta a finales de
2015. "Acá aprendí a soldar y a usar una plegadora", dice. "Y acá me gustaría
quedarme".
"Esta es una empresa muy dinámica. Desde que entré cambiaron muchísimas
cosas. Me gusta todo lo que hay por hacer. Eso me permite aprender cada día
más", expresa esta joven hija de un ingeniero hidráulico que eligió la rama
industrial "porque reúne un poco de cada una".
Mientras cursaba la secundaria en su Junín natal, Milena Molina pensaba ser
profesora de matemáticas, dada su atracción por las ciencias duras. Sin embargo,
terminó optando por algo que se relacionara con los números "pero con un poco
más de contenido", argumenta. Hoy, Milena tiene 27 años, es ingeniera industrial
egresada de la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires
(UNNOBA) y trabaja como encargada de costos en la planta de CLAAS en Ameghino.
Milena reconoce que el ambiente metalúrgico es mayoritariamente masculino,
aunque para ella ese aspecto nunca fue una complicación. "En CLAAS las mujeres
vivimos como natural trabajar acá. Más allá de que casi todos los operarios son
hombres, estamos bien integradas y respetan nuestros conocimientos".
Si bien en un principio planificaba dedicarse al rubro alimenticio, Milena
descubrió en la industria agrícola un lugar donde desarrollar su futuro. "Este
rubro me interesa y estoy muy cómoda. Aunque trabajo en el área de compras y
costos, se me hace fácil entender cómo funciona todo el proceso productivo. Son
cosas muy palpables donde lo que se planifica puede llevarse a cabo de manera
rápida a diferencia de lo que puede suceder en otra industria como la química,
donde los procesos no son tan perceptibles. A futuro, cuando tenga mayor
formación, me gustaría liderar un equipo de trabajo", expresa.
Estefanía Martínez tiene 29 años, estudia ingeniería industrial en la
Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y es oriunda de Germania, un pueblo de 2
mil habitantes cercano a Florentino Ameghino. Durante el verano estuvo haciendo
una pasantía en el área de producción de la planta de CLAAS. Debió dejarla para
rendir los últimos finales de la carrera.
"Fue mi primera experiencia de trabajo en un lugar con tantos varones. Pero
me sentí muy bien porque los operarios nos hacían más caso a nosotras que a los
hombres. Nunca me faltaron el respeto", relata Estefanía y dispara: "Me gustó
mucho la experiencia y volvería encantada a CLAAS".
Así, CLAAS Argentina refleja una realidad que ya es tendencia. Para las nuevas generaciones, sin distinción de género, la agroindustria es una actividad donde proyectar el futuro.