Con el correr de los días, la cosecha estadounidense de soja comienza a
materializarse. Luego del informe del Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) del mes pasado, donde se incrementaron
los guarismos de producción (sobre todo en soja, donde se convalidó la suba de
agosto y se marcó un récord productivo), los primeros lotes que se vienen
levantando van mostrando rindes dentro o por encima de las previsiones. Desde
ese punto de vista, el USDA viene ganando la "pulseada", aunque todavía falte
mucho.
Cualquiera podría pensar -con toda lógica- que esa situación debiera ser depresiva para las cotizaciones de la soja. No obstante, ello no está ocurriendo, al menos por ahora. El año pasado la situación fue muy similar. Plena cosecha en los Estados Unidos (producciones récord tanto de maíz como de soja) y los precios de la oleaginosa subían.
Si observáramos una gráfica de la posición noviembre 2016 en Chicago veríamos que tuvimos mínimos cercanos a los US$ 315 por tonelada hacia fines de febrero, llegando a plena cosecha, en noviembre, con valores que rondaban los US$ 365. Si bien en la presente temporada los valores en febrero se ubicaban por encima de los actuales, en ambos años existen coincidencias en que no se están dando bajas en cosecha. Más aún, los fondos de inversión en Chicago tienen una "tibia" posición netamente vendida en estos momentos, como esperando nuevosdrivers para poder tomar una dirección más certera.
Los motivos
Las razones de este comportamiento en los precios pueden ser variadas. Particularmente, creo que los problemas climáticos en Sudamérica (excesos de lluvias en la Argentina y sequía en Brasil) podrían esgrimirse como los que más expectativas generan. Si bien estamos todavía a tiempo para que la situación se revierta, pareciera que el mercado "necesita" ver para creer cómo se va desarrollando el ciclo 2017/2018 en nuestra región, más allá de las halagüeñas proyecciones de cosecha.
Pero, además, los operadores en Chicago no están tan de acuerdo con el USDA respecto de las cifras de rendimientos reportadas. Esta situación claramente genera expectativas, más ahora luego de conocidos los datos trimestrales de stocks que arrojaron resultados menores a los esperados en las existencias al 1° de septiembre en los Estados Unidos.
Otro tema no menor es la fuerte reticencia de los productores en nuestro país a desprenderse de la soja. Todavía resta vender cerca de 21 millones de toneladas de la oleaginosa y, entre los problemas logísticos, las bajas tasas en dólares, los interesantes "pases" entre las posiciones futuras o, simplemente, por el capricho de aspirar a valores más altos y "ganarles" la pulseada a los compradores, lo cierto es que la mercadería actualmente "sale" con cuentagotas.
De más está volver a decir que la demanda continúa firme. En todo caso, el desempate bien podría tenerlo el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Si bien casi todos descartan que un nuevo y menor uso mandatorio en los biocombustibles no pasaría el Congreso, esta resulta una variable para prestar atención. No olvidemos que "los mercados son mercados" y que pueden cambiar bruscamente y sin previo aviso.
El autor es socio de Nóvitas SA.