El lugar es emblemático, ya que hace 250 años fue en esa región de Norteamérica, donde se sembró el primer grano de soja y luego fue diseminada a todas las zonas productivas del continente Américano.

“Para muchos, el puntapié inicial que impulso el desarrollo de una planta que modificó la estructura productiva del mundo”, explicó el Dr. Daniel Ploper, Director Técnico de la Estación Experimenta Agroindustrial Obispo Colombres – (EEAOC Tucumán).

Este especialista, anticipó que Argentina ya ha comenzado a preparar una agenda relacionada con temas biotecnológicos, el impacto y las regulaciones como consecuencia de una posible afectación al futuro de la investigación.

También, resaltó que nuestro país es experto en el estudio de plagas, enfermedades, nutrición y todo lo que implica el uso alternativo de soja para mejorar la nutrición humana.

“Las nuevas herramientas biotecnológicas y los nuevos eventos que posibilitan hoy tener resistencia a herbicidas e insectos, son principales a la hora de facilitar la tarea del productor y generar un aumento en los diferentes usos de la oleaginosa. “La soja es mucho más que aceite y proteína” reconoció Ploper recordando que nuestro país ya fue anfitrión del encuentro en el año 1989. En esa oportunidad, fue la primera vez que este tipo de cumbre científica se hizo fuera de las planicies productivas de Estados Unidos.

Actualmente, Argentina es el tercer productor mundial de soja, detrás de Estados Unidos y Brasil. Nuestra región es una protagonista creciente, ya que ocupa el primer lugar como exportadora de aceite y harinas de la oleaginosa.

“Es una posición de privilegio y peso para este tipo de congresos que se iniciaron en la década del ´70. De a poco, todo ha ido creciendo hasta la conformación de un comité permanente integrado por 16 miembros, de las 4 regiones del mundo: Estados Unidos y Canadá, Latinoamérica, Asia Continental y en cuarta posición en bloque integrado por Europa, África, Australia y otros países”, anticipó Daniel Ploper.