Entre enero y julio de este año, la molienda de girasol creció 10,8% respecto al mismo período de 2016, al procesar un total de 2.247.798 toneladas; principalmente en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
La mayor industrialización de la oleaginosa, impulsó así un aumento del 10,9% en la producción de aceite de girasol, que alcanzó 933.928 de toneladas; y del 12,4% en la de pellets, que totalizó 926.875 toneladas.
Mientras que el maní confitería, un producto que se caracteriza por su valor agregado y por su importancia para las economías regionales (Córdoba, San Luis, La Pampa, Salta, Santa Fe, Buenos Aires y Jujuy son las principales productoras de su materia prima), incrementó el valor de sus exportaciones 21,6% en el primer semestre del año.
En este sentido, se concretaron ventas por más de 92 millones de dólares a la Unión Europea (que capturó cerca del 60% de los envíos); Reino Unido, Rusia y Argelia, entre otros destinos.
Por su parte, las exportaciones de vinos fraccionados crecieron 5,8% en julio de este año en comparación con igual mes de 2016, al comercializarse 166.877 hectolitros; lo que confirma el repunte de la actividad que comenzó a vislumbrarse a partir de junio pasado cuando la demanda externa trepó 13,7%, marcando un punto de inflexión en la baja de las ventas que se venía observando en los meses anteriores.
Asimismo, las ventas al mercado interno aumentaron 2,4%, al despacharse 818.224 hectolitros, de acuerdo a los datos relevados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) en la comparación julio 2017 versus julio 2016.