Pedro Vigneau, presidente de Aapresid, explica cómo maneja su propio campo y cómo se trabaja a nivel país para lograr soluciones integrales. Con más de la mitad del distrito bajo el agua, los ganaderos del partido bonaerense de Bolívar tratan de paliar la situación provocada por el clima.
“Todo el planteo está impactado. Donde no hay agua que corre ni está encharcado, hay una sobrepoblación de animales que deberían estar en otros lotes”, dijo a Valor Carne Pedro Vigneau, con relación a la situación de su campo, mixto, manejado 100% con siembra directa y con un modelo flexible para adaptase a los recurrentes caprichos de la naturaleza.
De familia históricamente ganadera, desde hace años hace ciclo completo Angus. “No pensábamos encerrar algunas categorías pero en estas ocasiones hay que usar el grano, que no estaba destinado a la hacienda, como fusible. También, están comiéndose el silo de planta entera de maíz, que ahora se usa con estrategias diferentes a las previstas. Esto nos permite liberar potreros afectados, concentrando los animales en otros, pero a costa de consumir reservas”, contó.
Más allá de los planes de contingencia, Vigneau va viendo día a día cómo se desarrollan los acontecimientos y, en base a eso, toma decisiones. “Todavía me quedan dos lotes de maíz de segunda por cosechar, la idea era embolsarlo cerca del corral, pero hoy es imposible. Voy a tener que hacer las bolsas lejos, levantarlas y traérselas a los animales, son todos sobrecostos a afrontar, siempre y cuando las circunstancias lo permitan. En este momento uno de los lotes está con pelo de agua y hay que esperar a que baje”, puntualizó.
Como distrito, Bolívar está a 300 km del mar y a sólo 80 metros sobre el nivel del mar. “Es como un tobogán: el agua se acumula ahí y se va muy lentamente”, explicó. Además, los campos son heterogéneos, quebrados, por ahí en un mismo lote hay tres tipos diferentes de suelos y mucha diferencia de alturas, lo que requiere un manejo muy fino, por ambientes.
“Al día de hoy, el agua aún no está bajando. Es más, todavía hay lugares en los que está creciendo y esto genera gran incertidumbre, ya que se llenan lotes que antes no se inundaban”, afirmó el productor, dando cuenta del estado al 21 de agosto.
La familia de Vigneau empezó la ganadería en la zona en 1892, cuando su tatarabuelo compró el campo y ya entonces se inundaba. “Lo nuevo es la periodicidad. Por ahí, antes había una creciente y pasaban dos, tres o cuatro años hasta la siguiente. Hoy, vemos dos, tres o cuatro, en un mismo año. Hay muchas variables que está jugando para que esto suceda”, planteó.
Abordaje integral
Para el presidente de Aapresid, el problema actual es bien complejo y no se debe cometer el error de simplificarlo a una o dos variables. “Hay que considerar desde el cambio climático, que es un hecho -con sus modificaciones de temperatura, lluvias y evapotranspiración- hasta los canales clandestinos que hace el hombre en los que sigue volcando agua a una cuenca que ya está saturada, como es la del arroyo Vallimanca”, señaló. Una dificultad adicional, es la falta de cultivos de invierno en los últimos años. “Durante mucho tiempo, se hizo menos trigo y cebada, y sin duda hubo un menor consumo de agua, pero es un poco temerario hacer referencia a un solo factor”, argumentó.
La inacción oficial también perjudicó a Bolívar. “Desde el 2008, nunca hemos tenido buen diálogo con las autoridades municipales, no nos han escuchado. Las pruebas están a la vista: los caminos están en muy mal estado, hay alcantarillas rotas, han olvidado el mantenimiento de la red vial”, aseguró Vigneau. Y aclaró que esto fue cuestionado permanentemente por los productores bolivarenses. “Me tocó ser presidente de Rural y siempre buscamos conversar sobre el uso de los fondos que le proporcionábamos al municipio, a través de la tasa vial, para que hicieran esa tarea. Pero, no tuvimos suerte. Creo que, por más que se piense distinto, hay que despolitizar el manejo del agua y ver cómo se solucionan los problemas”, subrayó.
En cuanto al nivel provincial y nacional, confirmó que tras el cambio de Gobierno se han abierto las puertas a los productores. “Incluso, durante el congreso de Aapresid, nos juntamos los consorcios canaleros y las autoridades de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Luis y La Pampa, con expertos argentinos y holandeses para intercambiar propuestas”. En ese sentido, hoy el propio Pablo Bereciartúa, Subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación, está trabajando en conjunto con el gobierno de Holanda, país que se ha sobrepuesto a la crisis hídrica, mediante un plan de gobernanza del agua que no sólo incluye la infraestructura sin el uso responsable del recurso.
Finalmente, Vigneau destacó que si se quiere buscar una solución integral, se debe partir de un abordaje integral, pensando en el bien común. “Nos parece que el Gobierno está bien encaminando, hay obras que ya se han licitado y están prontas a comenzar. Por supuesto que los productores tenemos que ayudar, hay que ser generosos, no es cuestión de echarle el agua a otro, no puede ser que yo me salve y el vecino se hunda. Hay que trabajar en red para superar décadas de mal manejo de las cuencas”, concluyó.
Fuente: Valor Carne