El cultivo de cebada se encuentra atravesando los estadios de macollaje o inicios de encañazón en algunos casos en las siembras de junio. Las incesantes lluvias producidas con largos periodos de mojado de hoja en la región a lo largo del crecimiento vegetativo han generado un ambiente altamente predisponente para el desarrollo de hongos patógenos causante de manchas foliares en el cultivo. Tal es el caso de la alta incidencia (+%30) en dos o tres macollos (Z23) de mancha en red (Drechslera teres) y escaldadura (Rhynchosporium secalis) que han obligado a algunos productores y/o asesores a la aplicación de fungicidas. La primera enfermedad observada con mayor prevalencia.
Actualmente también se comienza a observar las primeras manchas provocadas por Bipolaris sorokiniana (enfermedad: mancha borrosa).
Una enfermedad que preocupa mucho al productor y asesores es el salpicado necrótico de la cebada, en los estadios actuales es muy difícil detectar la presencia del patógeno y su desarrollo en el campo. Por esto es que hemos recibido en el laboratorio varias muestras de cebada de diferentes zonas para ser evaluadas para determinar la presencia del hongo R. collo cygni.
Se han detectado casos positivos en Balcarce, Tandil y Necochea hasta el momento. De persistir las condiciones de alta humedad y lluvias se debe estar alerta por la aparición de esta enfermedad. Dado que no hay variedades resistentes la recomendación basada en los estudios realizados por el grupo para el control de esta enfermedad enfatiza la aplicación alrededor del estadio de hoja bandera de productos fungicidas que incluyan carboxamidas (isopyrazam, fluxapyroxad, bixafen, entre otros) en su formulación. Se recomienda sumar a la anterior familia de fungicidas otras familias como triazoles y triazolintionas que aportan al control de este patógeno y a evitar posibles pérdidas de sensibilidad a los fungicidas aumentando el número de modos de acción (ej: epoxiconazol, prothioconazol, entre otros).