Brasil, el segundo productor de cultivos biotecnológicos después de Estados Unidos, ha logrado potencializar la productividad agrícola en cultivos como el maíz, el algodón y la soya al usar semillas resistentes a insectos (Bt) y productos para la protección de cultivos.
Sin embargo, el uso inadecuado de estas tecnologías debido a la falta de un Manejo Integrado de Plagas (MIP), pueden generar la resistencia de los insectos a este tipo de cultivos, debilitando su efectividad.
Al identificar este problema, El Consejo de Información sobre Biotecnología (CIB), desarrolló desde 2015 el programa Buenas Prácticas para el manejo de cultivos Bt que busca educar a más de 100.000 agricultores brasileros acerca de su rol en el uso de la cultivos Bt para evitar la resistencia de insectos.
Algunas de las buenas prácticas en el manejo de los cultivos genéticamente modificados enunciadas en el programa son:
- Limpiar los residuos que dejó la cosecha anterior antes de iniciar una nueva siembra.
- Utilizar semillas certificadas.
- Utilizar semillas tratadas.
- Adoptar zonas de refugio.
- Realizar control de malezas para evitar un mayor ataque de insectos.
- Monitorear las plagas.
La adopción de los refugio es una de las prácticas más comunes del Manejo Integrado de Plagas en los cultivos biotecnológicos Bt o resistentes a insectos, pues ayuda a evitar la resistencia de los insectos. Esta práctica varía de acuerdo con el tipo de cultivo; por ejemplo, para soya o algodón el refugio debe ser del 20% del área sembrada y para maíz el 10%.
Las proyecciones de capacitación del CIB a 2018 incluyen potenciar sus alianzas para para llegar a 50.000 agricultores que cultivan cultivos Bt directamente y otros 100.000 productores indirectamente. Adicionalmente, se espera el desarrollo de un programa similar para el manejo de la resistencia a malezas.
Fuente: CropLife