El Ing. Agr. Ernesto Viglizzo, ex coordinador de Gestión Ambiental del INTA e investigador del Conicet habló sobre ganadería y cambio climático (CC). El especialista hizo hincapié en que el secuestro de carbono de la actividad ganadera es mayor que las emisiones.
"En los últimos años, el ganado vacuno se ha transformado en "mi villano favorito" por ser el responsable de entre el 14% y el 18% -dependiendo de los distintos estudios- de las emisiones de gases de efecto invernadero como metano y óxido nitroso (GEI)", reconoció Viglizzo.
Sin embargo, señaló que "hay estudios que indican que la capacidad de secuestro de carbono en nuestras raíces, superan por varias veces las emisiones del ganado bovino. Esto significa que tenemos un crédito de carbono que no se está midiendo", aseguró Viglizzo.
Por caso, en Argentina las tierras de pastoreo secuestran 21 veces más que lo que emite la ganadería; Brasil, 9 veces; Paraguay, 30 veces; y Uruguay, 12 veces.
Viglizzo instó a modificar las mediciones. "Actualmente se hacen inventarios, es decir, se miden las emisiones, pero se ignora el secuestro de carbono. Si bien el rumiante emite metano y dióxido de carbono (representan el 65% de las emisiones ganaderas), hay un secuestro de carbono en las raíces de pastizales, sabanas, praderas y chaparrales que se omiten. Entonces, lo que se hace es un inventario y no un balance de carbono", advirtió.
Este dato cambiaría completamente las cosas y permitiría replantear el problema de las emisiones ganaderas frente a los grupos ecologistas que llaman a desacoplar el uso de la tierra de la producción de carne.
El ingeniero también mencionó varias incógnitas que tiene respecto de la relación entre calentamiento global y emisión de GEI. Según informó, hay estudios paleoclimatológicos que demuestran que a lo largo de la historia del planeta, temperatura y anhídrido carbónico no han estado necesariamente correlacionados positivamente.
"Las tierras rurales secuestran carbono en la biomasa aérea y en las raíces, y además se secuestra carbono orgánico en el suelo", explicó.
"Es necesario impulsar un nuevo concepto que pase de inventario a balance de carbono", remarcó el especialista.