Una vez determinados cuales son los rendimientos potenciales de los cultivos de soja y maíz, comienza a desarrollarse la estrategia de protección de los mismos, de manera tal que la brecha entre el potencial y el rendimiento actual sea la menor posible.

En ese sentido, el Ing. Agr. Diego Álvarez comentó que en las últimas campañas se observa una disminución fuerte de la presión de lepidópteros, pero un aumento paulatino de la misma en lo referido a hemípteros. Pero si se mide la cantidad de aplicaciones por hectárea realizadas en la campaña 15 – 16 respecto a la última temporada productiva, los números bajaron de 0.9 a 0.7 aplicaciones por hectárea para lepidópteros y de 1.3 a 0.8 aplicaciones por hectárea para hemípteros, basado dicho análisis en unas 200.000 has controladas directa o indirectamente.

Referido a enfermedades, Álvarez comentó que para el 90% de los casos se sugirió aplicar fungicidas en R3, con lo que cabe preguntarse si es correcto utilizar dicha aplicación para el control de plagas. Lo primero a realizar es tener en cuenta la carga probable de insectos presentes.

Para llegar a aplicaciones efectivas, se debe tener en cuenta la interacción entre cinco factores a saber:

· Acción del hombre a través de Monitoreo

· Estructura del cultivo

· Biología de las especies

· Utilización de fungicidas e insecticidas para el control de las mismas

· Calidad de aplicación

· Retorno al monitoreo.

Pero todos estos factores se encuentran condicionados por el ambiente. En función de esto se debe tener en cuenta cual es la plaga principal para determinado momento del cultivo y de esta forma actuar, ya que no es lo mismo el daño provocado por lepidópteros, hemípteros o enfermedades en R3-R4 que en R5-R6, dado que plagas que en primer término tienen importancia primaria pasan a tener menor relevancia hacia los finales del estado reproductivo del cultivo.

A continuación, el Ing. Agr. Santiago Barberis, titular de Lares S.R.L. desarrolló los criterios que deberían tenerse en cuenta para el monitoreo de malezas y por lo tanto cual es la mejor opción para un control de las mismas.

Considerando un paralelismo entre un seguro y el control químico de malezas, lo primero a considerar es el valor del bien, o sea que producción potencial puede tener el mismo, teniendo en cuenta que el criterio debe ser disminuir el banco de malezas y asegurar el menor Carry Over para los siguientes cultivos.

La elección de dicho seguro tiene como primer paso el monitoreo con una frecuencia durante el invierno de por lo menos 20 días entre visitas y durante el verano coincidiendo con el monitoreo de insectos y enfermedades, observando especies, porcentajes de cobertura y estado fenológico de las malezas.

En cuando a como elegirlo, debemos tener en cuenta la probabilidad de ocurrencia de eventos a través del análisis de datos en una serie de años, teniendo en cuenta el manejo pasado, presente y futuro del lote, donde el control de malezas debe contemplar la interacción del control cultural y el control químico.

Para todos los casos, debe tenerse en cuenta que la estrategia debe pasar por disminuir el banco de semillas de las especies presentes y evitar la entrada de especies nuevas a partir de evitar la contaminación con cosechadoras, sembradoras o camiones.