Cuando falta poco más de un mes y medio para el comienzo de la nueva campaña de granos gruesos, con el maíz en primer término, dos millones de hectáreas entre Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y parte de Santa Fe están bajo el agua y otras cuatro millones de hectáreas tienen graves problemas de piso o se encuentran con anegamientos parciales.
A ese cuadro de situación actual se llega tras la lectura de imágenes satelitales del lunes pasado, tarea que realizó Pablo Ginestet, especialista en tecnologías de drones e imágenes satelitales y delegado de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en la Comisión Nacional de Emergencias y Desastres Agropecuarios. Si bien no toda esa superficie corresponde necesariamente a área cultivable, ya que hoy puede haber pasturas, las seis millones de hectáreas en total, entre completamente bajo el agua o comprometidas por graves problemas, representan el 16% del área total que podría tener la campaña 2017/2018. Según la consultora Agritrend, en rigor, el nuevo ciclo podría cubrir (considerando lo ya implantado en trigo) 37,3 millones de hectáreas. De acuerdo a esta proyección, en el nuevo ciclo debería haber 1,2 millones de hectáreas más que en el anterior. El clima dirá.
"La zona oeste de la provincia de Buenos Aires, junto al este de La Pampa, son las zonas más afectadas. Se han ido complicando a tal punto que no sólo se perdió la siembra de trigo, sino que está muy comprometida la próxima campaña de soja y maíz. Además, es muy delicada la situación de los tambos y la ganadería", dijo Ginestet.
Mientras la inundación no afloja, entre productores y entidades gremiales hay
malestar porque, según dijo Matías de Velazco, presidente de la Confederación de
Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), "estuvo demorada la
firma de las emergencias agropecuarias" en la provincia de Buenos Aires. Acaba
de vencer la segunda cuota del impuesto inmobiliario rural y en algunos partidos
inundados igual lo pagaron porque no estaba la emergencia agropecuaria
oficializada. "La gente que está inundada pagó", indicó. Según Ginestet, vienen
de salir publicados en la provincia decretos que estaban pendientes hace cuatro
meses. Mencionó los casos de Bolívar, Daireaux, Guaminí, Pinto y Henderson,
además de Junín.
En Rivadavia, según contó Martín Montero, presidente de la Sociedad Rural local, donde tienen 150.000 hectáreas inundadas sobre 350.000 totales, hay productores que si bien hicieron su presentación de emergencia, como la provincia no les dio el certificado que la acredita igual tuvieron que pagar el inmobiliario rural. "Hay un sector de productores que no recibió el beneficio de la emergencia. Tenemos lugares con un metro de agua y necesitamos que Hidráulica mande máquinas y gente", dijo.
En tanto, el director de ARBA, Gastón Fossati, indicó a LA NACION que "aquellos productores incluidos en el beneficio [por la emergencia] que hayan abonado la segunda cuota del Impuesto Inmobiliario Rural, que venció el 12 de este mes, recibirán un crédito fiscal que aplicará sobre la tercera cuota del tributo, que vencerá en noviembre. En tanto que quienes todavía no pagaron la cuota 2 quedarán exceptuados de esa obligación".
Según Ginestet, en zonas inundadas ARBA sigue mandando revalúos fiscales -con impacto en el inmobiliario- pese a que la misma provincia negó enviarlos a esos lugares. "Hace diez días en Henderson les llegaron a un montón de productores", señaló.