CORDOBA. Creció la participación del Estado sobre la renta agrícola: pasó del
66,2% registrado en marzo a 74,7% según la medición de la Fundación Agropecuaria
para el Desarrollo de Argentina (Fada) de este mes. La clave fue el alza de
costos y la baja de los precios internacionales. Calculado por provincias, San
Luis tiene el valor más alto (77,1%) y Buenos Aires el más bajo (70,1%).
David Miazzo, economista de FADA, explicó a LA NACION que el resultado del índice se debe a una "doble tenaza, se combina la suba de costos y la baja de precios internacionales". Frente a la perspectiva de que los costos, en pesos, no bajarán; de que no habrá una devaluación importante y de que la oferta internacional es abundante, describió a la situación como "más permanente que transitoria".
La participación del Estado de 74,7% es similar a los niveles de 2014. Este
mes el precio internacional de la soja, en dólares, bajó 7,5% con respecto a
marzo y 18,2% con respecto a junio del año pasado. En el caso del maíz la caída
fue del 6,5% intertrimestral y de 19,1% interanual. El trigo y el girasol se
comportaron mejor, pero también registraron reducciones.
Por el lado de los costos, en pesos aumentaron un 22,7% en el año, mientras que el dólar subió 14,1%. Los costos en dólares se ubican en niveles preunificación cambiaria, por lo que, por este lado, se perdió la totalidad del beneficio que produjo la devaluación. "El doble juego redujo la renta 16,7% en pesos", señaló Miazzo.
FADA tomó el caso de los costos involucrados en una hectárea de maíz valor FOB. Los gastos de fobbing representan entre el 9% y el 10% del total, lo mismo que cuestan los fertilizantes. El flete representa el 27% del global general (en Córdoba el 30% y en San Luis el 32%). Así, entre logística y comercialización implican el 41% de los costos para el caso de Buenos Aires, 42% para Córdoba y 44% para San Luis.
Por provincias
Fada comenzó a medir por provincias. En Buenos Aires y Córdoba considera soja, maíz, trigo y girasol; para San Luis, sólo soja y maíz, ya que explican el 95% del área sembrada. Siempre toma los rindes promedio de los últimos 5 años y los costos de producción de labores e insumos necesarios para esos rindes promedio en cada región. En cuanto a los fletes, se estimaron para Buenos Aires 250 kilómetros, Córdoba 340 y San Luis 580 kilómetros.
En cuanto a los impuestos nacionales (Ganancias, Créditos y Débitos e IVA) van en línea con el valor de la producción y con la rentabilidad en cada provincia, por lo que son más altos en términos absolutos en Córdoba y Buenos Aires, y más bajos en San Luis. En el IVA hay saldos técnicos a favor que no son de libre disponibilidad, por lo que constituyen un costo más. Por ejemplo, en un campo con 250 hectáreas de soja y 250 de maíz, suman unos 211.600 pesos anuales.
Los impuestos provinciales en Buenos Aires representan unos 460 pesos por hectárea, la mayor parte inmobiliario y el resto ingresos brutos, a los que se suman las tasas municipales que implican una media de 95 pesos por hectárea. Así, entre municipales y provinciales, una hectárea promedio en Buenos Aires debe tributar 550 pesos, el 3,6% del valor de la producción o el 7,4% de la renta.
En el caso de Córdoba, equivalen a 2% del valor de la producción y 4,3% de la renta; no hay tasas municipales. En San Luis, el inmobiliario rural es más bajo. Sin embargo, tiene una especie de "derecho de exportación interno". Cobra una tasa que incluye "guías de campaña" y "certificados de venta". Los primeros se pagan tanto para la venta dentro de la provincia como la producción que se sale y la guía es para la producción que se transporta fuera. Por ejemplo, una tonelada de soja paga 7,08 pesos en concepto de guía, más 10,63 pesos de certificado, más 14,20 pesos a cuenta de ingresos brutos.