Siempre se ha dicho que la información es poder. Hay que conocer para decidir. Y cuanto más precisa sea esa información, mejor. Con esta premisa, los técnicos del INTA Santa Cruz y del Instituto de Ingeniería Rural (IIR) del INTA Castelar desarrollaron un collar con tecnología nacional de posicionamiento global. Esto permitirá investigar los patrones de distribución, circulación y otros hábitos de los ovinos en sistemas extensivos ante distintas condiciones climáticas y ambientales.
En este sentido, Sebastián Ormaechea –investigador del INTA Santa Cruz– explicó: “El collar con tecnología GPS permite obtener datos georreferenciados de la posición del animal, monitorear su recorrido y conocer sus hábitos, lo que habilita la mejora en la toma de decisiones para el manejo de los pastizales y el ganado”.
“A su vez, –agregó– permite una mejor diagramación de alambrados y la selección de cuadros apropiados para cada categoría animal”.
El especialista del INTA fue más allá y aseguró que “la tecnología fue implementada con éxito en Santa Cruz para el manejo de ganado bovino, ovino e –incluso– perros pastores”.
“Esta tecnología también es aprovechada por otros técnicos del INTA en el resto del país para analizar la distribución de reproductores en cuadros de difícil acceso, estudiar preferencias en pasturas y pastizales, realizar controles fronterizos o evaluar y prevenir la propagación de enfermedades”, señaló Ormaechea.
Asimismo, el especialista de Santa Cruz subrayó el logro de contar con una tecnología nacional debido a la baja en los costos de los collares GPS que se comercializan en el mercado internacional. En este sentido, el especialista vislumbra “un avance científico local y nacional en temáticas asociadas al monitoreo de animales terrestres”.
Y señaló: “Potenciar estos desarrollos, permite avanzar en tecnologías de geoposicionamiento para el sector ganadero con vistas a una ganadería de precisión que optimice el uso de los recursos”.
Un collar, toda la información
El collar puede tomar información satelital cada un minuto, cada cinco o cada 60 minutos, pero mientras más frecuente se configura menor es la autonomía. “En las pruebas realizadas a campo en Santa Cruz y Tierra del Fuego se consiguió una autonomía de 15 días con una frecuencia de muestreo de 5 minutos”, explicó.
Toda esta información obtenida a campo se carga en el servidor de desarrollo de aplicaciones –instalado en el Instituto de Ingeniería Rural– al que se puede acceder a ella mediante una aplicación web.
Esta tecnología está en uso por varios investigadores de INTA en distintas zonas del país como ser las ciudades de La Rioja, Famaillá –Tucumán–, Cerrillos –Salta–, San Luis, Bariloche –Río Negro– y Colonia Benítez –Chaco–.
“Esta innovación constituye un claro ejemplo de éxito en la articulación con los territorios y sus demandas”, señaló el técnico.