El estudio Elizalde & Riffel analizó los resultados económicos de dos tipos de raciones ofrecidas mediante autoconsumo y en forma diaria, en establecimientos de diferentes escalas.
El trabajo se enmarca en la gran difusión en planteos de tamaño chico a intermedio de esquemas de alimentación enfocados en la utilización de silos o comederos de autoconsumo, dada la menor necesidad de personal. Sin embargo, muchas veces se emplean dietas a base de maíz-concentrado proteico, cuando se podrían armar raciones de la misma simplicidad con subproductos como el afrechillo de trigo, entre otros, que se consigue a precios más convenientes.
Es decir, lo que se buscó con este análisis es dilucidar si esos mayores costos en alimentos podrían anular o disminuir las ventajas logradas por la reducción de los costos operativos. La idea es tomar mejores decisiones en un negocio que de por sí tiene márgenes muy reducidos.
Ración vs suministro
Con ese objetivo, se comparó el sistema de suministro (autoconsumo versus oferta diaria) y el tipo de ración (maíz-concentrado proteico versus maíz-afrechillo de trigo-premix), en diferentes tamaños de engorde a corral.
Los costos operativos fueron estimados para escalas de 500 a 2000 cabezas/año, considerándose la diferencia en el tiempo efectivo de trabajo del personal entre los sistemas de ofrecimiento. En el caso del autoconsumo se tuvo en cuenta el suministro semanal más la observación diaria de los comederos.
Tal como se advierte en el gráfico, los costos operativos de los esquemas de autoconsumo son inferiores respecto al suministro diario de ambos tipos de raciones para escalas chicas, aunque la tendencia cambia para escalas superiores a 1000 cabezas. Esto se debe a que para llenar muchos silos de autoconsumo es necesario preparar ración en un mixer, llevarla hasta los silos y cargarlos con chimango, lo cual genera un mayor tiempo operativo y necesita más personal que el suministro diario.
Por lo tanto, se cumple con la presunción de que la alimentación con silos autoconsumo resulta un sistema más económico -desde el punto de vista de los costos operativos- respecto del suministro diario, como se dijo sólo para establecimientos de menos de 1000 cabezas. Pero esto no significa que se trate de un sistema de mejor resultado económico, debiéndose mirar además el valor de las raciones.
Bajo la lupa
Para realizar este análisis se utilizaron datos técnicos de corrales de diferentes establecimientos de la región pampeana relevados por Elizalde & Riffel, asumiendo que la eficiencia de conversión es la misma en los dos sistemas de suministro.
El costo de la ración fue calculado en función de los precios actuales de las materias primas utilizadas en ambos esquemas, considerando maíz propio y el resto comprado a valores de mercado ($ 2.839/ton MS para maíz-concentrado proteico y $ 2.336/ton MS para maíz-afrechillo).
La categoría de engorde simulada fue novillito liviano (180 a 330 kg) y los precios de compra y venta fueron $37/kg y $35/kg respectivamente (mediados de abril de 2017). Los gastos comerciales (incluyen fletes y comisiones) fueron del 7% y 6% para la compra y la venta, respectivamente.
Los resultados económicos están a la vista:
– Mientras el promedio del margen de la raciones de maíz-concentrado fue de -48 $/cabeza, el de maíz-afrechillo fue de 334 $/cabeza (382 $ de diferencia). En tanto, el promedio del margen con autoconsumo versus el suministro diario fue 207 $/cabeza y 233 $/cabeza, respectivamente (26 $ de diferencia). Por lo tanto, el tipo de ración es más determinante que el sistema de suministro sobre los resultados económicos.
– Sin embargo, estos resultados están también afectados por la escala del engorde. En escalas muy chicas (500 cab) los márgenes son desfavorables salvo para la combinación autoconsumo con maíz-afrechillo que tiene la ventaja de los bajos costos operativos y la ración más barata.
– En escalas mayores (más de 1000 cabezas) los resultados son positivos en todos los casos, aunque con grandes diferencias en el margen bruto ($6 a $514/cabeza) según el sistema de suministro y tipo de ración utilizada. Los márgenes más bajos se obtienen con el sistema maíz-concentrado, siendo peor en el caso del autoconsumo.
– El margen es mejor en el autoconsumo de maíz-afrechillo respecto al suministro diario hasta una escala de 1000 cabezas (463 versus 406 $ para autoconsumo versus diario, respectivamente), aunque esto se invierte con escalas mayores (2000 cabezas) donde el suministro diario es mejor que el autoconsumo (406 $ versus 514$/cabeza para autoconsumo y suministro diario, respectivamente).
Priorizar la ración
Estos resultados demuestran que si se quiere mejorar el margen económico hay que poder elegir y manejar la ración en primera instancia y luego avanzar con el sistema de suministro. El cambio de ración (maíz-concentrado proteico por maíz-afrechillo) genera alrededor de $400/cab de diferencia a favor del maíz-afrechillo, independientemente de la forma de provisión.
Esto significa un monto adicional de $ 400.000 para un encierre de 1000 cabezas por año, cifra que supera holgadamente el valor de un mixer de 5 metros cúbicos necesario para esta escala. De esta manera se podría comenzar a fabricar la ración en el campo y capturar mejores resultados.
En síntesis, el tipo de ración tiene más peso que el sistema de suministro. Las raciones basadas en maíz-concentrado proteico generan resultados económicos negativos o márgenes muy reducidos, independientemente de la escala y del sistema de suministro. En escalas chicas, la mejor combinación consiste en fabricar una ración simple con maíz-afrechillo y luego brindarla en silo autoconsumo.
Fuente: Valor Carne