En lo que va del año, los embarques de soja de Brasil han sido record,
superando en un 30% los registros del año anterior. Como ya venimos comentando
en esta columna, la cosecha de nuestro vecino fue de 112 Mtns, muy por encima de
las 96Mtns del año pasado, traduciéndose en un shock de oferta del cual los
precios en Chicago acusan recibo en los últimos 3 meses. A esto se suma la
reciente depreciación del real que aceleró las ventas de los productores
brasileros. Nuestro país no se quedó atrás, puesto que la cifra que se baraja
para la cosecha está en 57Mtns según el Usda (58Mtns según nuestro Ministerio de
Agroindustria), con la diferencia de que la comercialización viene muy rezagada.
Yendo hacia adelante, se espera que EE.UU. siembre 2,4 MHas más que el año
pasado, en momentos en que las lluvias en el país del norte complican la siembra
del maíz, pudiendo generar un pase mayor de área a la oleaginosa. El dato
anecdótico es que por primera vez los farmers se prestan a sembrar más soja que
maíz, cayendo el área del cereal 1,8 MHas. Incluso con un rinde de tendencia de
32,3qq/ha (2,76 qq/ha por debajo del record de esta campaña), los stocks finales
del país del norte continuaran ampliándose.
Por el lado de la demanda, lo más trascendente es que el margen de crushing en
China, principal importador de soja, viene cayendo desde principios de año
ubicándose en terreno negativo a la fecha (-50 u$s/tn) producto de la debilidad
en los precios del aceite y harina de soja.
Con este contexto, nuestro país muestra un comportamiento contrario en materia
de precios. Sucede que una combinación de factores (complicación de cosecha,
problemas de caminos, atraso cambiario) redujeron el flujo de ingreso de soja a
los puertos, hecho que permitió ver mejoras en los valores locales durante el
mes de mayo. Es decir, los precios de abril en torno a los u$s 235-240/tn
escalaron hasta los u$s 245-250/tn desde mediados de mayo. Para cuantificarlo,
el ingreso de camiones en puerto durante el trimestre marzo/abril/mayo fue de
138.592 vs 161.251 en el mismo período del año pasado (-14%). Esto a pesar de
que se llevan levantadas 47 Mtns (79,6% del área) vs 42,3 Mtns a fin de mayo del
año pasado. Difícilmente podamos decir a esta altura que los retrasos en la
llegada de soja al puerto se deban a dificultadas para levantar la producción.
Si bien es cierto que en zonas anegadas hubo que embolsar por imposibilidad de
trasladar la mercadería por los caminos rurales, también debemos notar que
cuando arrancó la cosecha la pizarra de soja estaba en valores muy similares a
los de un año atrás, desincentivando al productor a desprenderse de su
mercadería. Recién la semana pasada con la corrección en el tipo de cambio
estamos empezando a ver valores de $4.000 que convencen más. Mientras tanto,
muchos productores aprovecharon los créditos en dólares a tasas bajas para
financiar compromisos de cosecha.
Esta situación preocupa a la exportación que se encuentra trabajando a
contramargen y no tuvo la posibilidad de originar en cosecha el volumen pensado
a precios atractivos. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, las fábricas están
pagando la soja u$s12/tn por encima del FAS teórico. Otra particularidad de esta
campaña, es que además de haber un lento ritmo de comercialización (20,4 Mtns vs
24,3Mtns en 2015/16) hay casi 11 Mtns comprometidas sin pricing. Es decir que,
con una cosecha de 57 Mtns, un 83% de esta mercadería corre el riesgo de pérdida
por baja de precios.
La gran incógnita por estos días es qué va a pasar con este famoso farmer
selling si estos precios no terminan de convencer al productor pero tampoco
dejan margen atractivo a los compradores. Por lo pronto, el pase mayo-noviembre
viene cayendo con fuerza en el último mes, pasando de u$s15/tn a la mitad. Esto
también debe ser tenido en cuenta ya que deja de ser atractivo quedarse con la
soja hasta fin de año para aquellos que no hayan asumido el costo de embolsado
aún. Para el resto de los productores, habría que pensar cuánta soja puede
empezar a movilizarse hacia los puertos en los próximos 2 meses si la situación
de caminos mejora, sabiendo que hasta julio seguimos en un momento de
necesidades financieras. En este contexto, es interesante aprovechar esta última
mejora en el tipo de cambio para cerrar precios con entregas cortas y cubrir
subas potenciales hacia fin de año comprando CALL Rofex ó Matba Noviembre. Las
condiciones para dicha estrategia son atractivas gracias a la caída en el pase
mayo-noviembre y a volatilidades en torno al 15-16%.
Renunciar a cubrir precios en este contexto puede ser demasiado riesgoso si se
termina confirmando una buena producción en el hemisferio norte. A fin de junio
tendremos el informe de área sembrada en EE.UU. que suele ser un disparador para
correcciones de precio. Por el momento, las condiciones climáticas son
favorables para el desarrollo de la soja, más allá de algunos excesos hídricos.
En el caso del maíz, vemos que el recorte de área en el hemisferio norte puede
ser mayor al pensado debido a que estamos saliendo de la ventana óptima de
siembra en muchos estados. Muy distinto es el panorama local, con precios
invertidos entre el disponible y la posición julio marcando la ingente cosecha
esperada de maíces tardíos y de segunda. Según la Bolsa de Comercio de Rosario,
podríamos ver un nivel de exportaciones esta campaña record de 23Mtns,
habiéndose embarcado menos de 7Mtns. Salvo que ocurra un problema de logística
importante, resulta difícil pensar que los valores locales para el cereal puedan
mejorar en los próximos 2 o 3 meses. También destacamos en esta línea de
pensamiento que las DJVE de la exportación están en 9,5 Mtns vs 16,7 Mtns en
mayo del año pasado. Esto refleja también la menor predisposición del complejo
exportador a asumir riesgos de quedar descalzados con los embarques programados
como ocurrió el año pasado. Mantenemos la estrategia de cubrir con forward julio
y compra de CALL Diciembre sobre Chicago.
Por Patricio Lagger, Responsable de Análisis de Mercados en BLD S.A
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria