La faena de abril fue 5% superior a la del mismo mes del año pasado pero muy inferior a la de marzo.
La oferta de gordo baja con relación a la de marzo porque hay mucha competencia de las carnes sustitutas (carnes y pollos cuya producción siguen creciendo y sus precios son menores a los de la carne vacuna) y el menor poder de compra del consumo interno impiden que los precios del ganado vacuno acompañen a la inflación lo que limita los ingresos y la intención de venta de los productores, por eso se produjo una reducción tan marca entre marzo y abril.
En cuanto a la comparación respecto de abril del año pasado, hay que destacar el fuerte incremento en vaquillonas y en terneras lo que da cuenta del menor interés por la retenciones de vientres pero también que se siguen vaciando los feedlots.
Si se suma la participación de las vacas las hembras alcanzaron el mes pasado el 42%.
En cuanto a los machos, se debe destacar que aumenta la oferta de novillitos mientras que sigue cayendo la de novillos debido a que no están dadas las condiciones para que los ganaderos inviertan en la producción de animales más pesados. Por el contrario, las señales que reciben alientan la rápida rotación del capital y la terminación de hacienda liviana para atender al mercado interno especialmente a los sectores con mayor poder de compra que prefieren la carne de animales con bajo kilaje de faena.