Al compás de dichos avances y de los pronósticos climáticos para el período crítico para los cultivos en dicha nación (julio para el maíz y agosto para soja) evolucionarán las cotizaciones.
A pesar de que venimos de las mejores cuatro cosechas consecutivas de maíz y de las tres de soja (incluyendo Sudamérica), los valores se resisten a convalidar los dramáticos pronósticos del grueso de los analistas internacionales. ¿Por qué?, ¿Será la demanda? No hay duda. Ahora bien, ¿podrá la plaza soportar un nuevo récord? Respuesta complicada.
Mientras tanto, en la plaza doméstica estamos asistiendo a una tremenda pulseada entre una decena de fábricas y miles de productores sojeros. Son muchas las industrias que necesitan descargar en sus plantas 500 camiones de soja por día, ¡todos los días del año!
Frente a ellas, productores afectados por contingencias climáticas,
desencantados con los precios y con ofertas de créditos por parte de los bancos
a tasas de interés nunca vistas por lo bajas. Interesante pulseada, que el clima
en EE.UU. (factor casi excluyente en los próximos 120 días) definirá. Pero
Chicago tiene sus "cosas" que los numerólogos no entienden.
En tal sentido, va un dato "anecdótico": todos sabemos la importancia del
accionar de los fondos especulativos en Chicago. Es cierto que los fundamentos
del mercado definen las tendencias de precios, pero son los "fondos" los que
definen los "espasmos" del día a día en Chicago. Pues bien. Nunca en los últimos
20 años los fondos "entraron vendidos" al comenzar el mes de mayo. Hoy están
vendidos en 26,70 millones de toneladas en maíz y en 10,25 millones en soja.
Siempre "entran" comprados "just in case". ¿Será este año la excepción? Para
pensar.
Por su parte, la plaza triguera local presenta un panorama mucho más complejo que el esperado un par de meses atrás. La estimación oficial de la cosecha (18,4 millones de toneladas) cada día se vuelve más veraz y ello tranquiliza a la demanda. No sólo a la interna, sino también a la externa (Brasil). Ya con datos que surgen de las declaraciones juradas de compras y ventas que no pueden discutirse, resulta claro que todas las estimaciones privadas fueron erradas.
Todo pareciera indicar que la producción está más cerca de los 19 millones (o más incluso) que de las 15 o 16 que se proyectaban. Así las cosas, el famoso "efecto Mercosur" se diluye y se retrasa (la ventaja competitiva en Brasil por el arancel externo). Pero nuestro mayor temor se vincula con la campaña 2017/18. Si aumenta el área y con el sudeste recuperando su habitual performance, podríamos ir hacia una cosecha de más de 22 millones. En nuestra opinión, un verdadero problema. En semejante contexto, la cebada gana en consideración. Para pensar y mucho.
El autor es presidente de Nóvitas SA