Ya son 28. La cantidad de biotipos resistentes en malezas está clavada en esa
cifra. Pero no significa que pueda incrementarse todavía más, como vino
ocurriendo en los últimos años. Es un ejército dando una dura batalla, poniendo
en jaque sistemas de producción en ambientes más marginales pero también de
plena zona núcleo, obligando a repensar recetas de la agronomía y golpeando el
bolsillo con costos que suben por el ascensor.
En más de la mitad de la superficie agrícola hay algún problema de malezas, con
menor o mayor grado de afectación. Rota la simplicidad que había para el
control, salieron del placard productos que estaban en la retirada y el tema
malezas resistentes se volvió en uno de los más convocantes en cualquier
seminario o jornada técnica. Puso en la encrucijada a las empresas de
agroquímicos y también revalorizó de algún modo al profesional de la agronomía,
por la necesidad de atención y seguimiento a la problemática de las malezas.
"En la campaña 2009/10 una soja de primera costaba US$ 36 por hectárea en
herbicidas. En la campaña 2013/2014 ya estábamos en US$ 83 por hectárea, un 130%
más, y en la última campaña, 2016/2017, los costos oscilaron entre los 100 y 117
por hectárea, un 40% más", contó Juan Pablo Ioele, asesor en la región de Marcos
Juárez, en el sudeste cordobés. "El sur y el este de la provincia de Córdoba son
la peor zona para malezas", agregó.
Marcos Mitelsky, asesor, brindó un cálculo igual de contundente para la zona de
San Jorge, en la provincia de Santa Fe y que refleja no sólo que hay que poner
más plata para el control sino también un arsenal de herbicidas. "En la campaña
2001, los costos de herbicidas (glifosato más metsulfuron) eran de 29,15 dólares
más IVA y el costo total de insumos 42,43 dólares más IVA. En la campaña 2016
los costos de herbicidas (glifosato + 2,4D + atrazina + sumisoya + clorimuron +
haloxifop + paraquat + s-metolacloro) fueron de 86,5 dólares más IVA y el costo
total de insumos 132 dólares más IVA", detalló.
Mitelsky precisó que estos valores corresponden a un manejo adecuado sin aplicaciones de rescate. "Si hay que hacer aplicaciones de rescate por yuyo colorado, los costos de herbicidas pueden aumentar de 25 a 40 dólares por hectárea. "Esto es promedio de lotes. Para la próxima campaña, 2017/2018 puede que aumente la dosis de cada producto utilizado", indicó el asesor.
En este contexto, la firma Lares detalló los costos solo de herbicidas para la zona núcleo según tres escenarios: tradicional (solo rama negra), con gramíneas resistentes (raygrass de verano) y gramíneas más yuyo colorado. En el primer escenario, el costo es de 63 dólares por hectárea, en el segundo sube a 93 dólares por hectárea y finalmente en el tercer caso trepa a 131 dólares por hectárea.
Con la renta amenazada
Para el oeste bonaerense, Gustavo Duarte, asesor, también hizo unas cuentas que ponen de relieve el cambio de escenario con las malezas problemáticas. Poniendo foco en dos malezas como rama negra y yuyo colorado, el incremento de este año respecto a los últimos dos fue de 32,8 dólares por hectárea. Se pasó de un total de 60,6 dólares por hectárea a 93,4 dólares por hectárea.
En opinión de Carlos Grosso, de VMV Siembras, lo que está ocurriendo con las malezas no sólo disparó los costos de los insumos sino que ya se lleva una parte considerable de los mismos números que tiene en cuenta el productor cuando analiza el negocio de la soja. "Entre 60 dólares por hectárea y 100 dólares es lo que se incrementó el costo en insumos para controlar malezas. Son 60 dólares en los ambientes con una productividad promedio de soja de cuatro toneladas y 100 dólares para los ambientes más frágiles con una productividad promedio de dos toneladas por hectárea", explicó el asesor. Según Grosso, a esto se debe adicionar entre 8 y 12 dólares/ha en el servicio de pulverización, un mayor costo en monitoreo y en conocimiento para armar la estrategia correcta, las pérdidas por fitotoxicidad, mayores pérdidas de cosecha y descuentos de comercialización.
En esta línea, comparó que 100 dólares por hectárea extra de costo en una productividad de dos toneladas por hectárea representa el 15% de las retenciones en la soja (US$ 51 dólares por tonelada con el valor en Chicago a la semana). En tanto, 60 dólares extra de costo en campos con una productividad promedio de cuatro toneladas por hectárea representa igual a 17 dólares por tonelada o a cinco puntos de las retenciones .
La mayor presión de las malezas amenaza también la agricultura en campos marginales. "Las malezas están sacando del sistema a los ambientes productivos más frágiles. Estos ambientes ingresaron a la agricultura de la mano de la siembra directa. Las malezas muchas veces exigen remoción y se pierde la estabilidad de estos sistemas. O triplicamos el costo en herbicidas y se multiplicaron los problemas. Pensemos en una comunidad que triplicó su presupuesto en salud y se multiplicaron las enfermedades. Obviamente, se debe repensar la estrategia", señaló Grosso.
Controlar todo el año
Para Juan Pablo Ioele, la mejor estrategia siguen siendo las rotaciones de cultivos y el uso de cultivos de cobertura o de manejo. "La rotación de cultivos es cada vez más indispensable dentro de nuestros sistemas de producción ya sea por la rotación de principios activos que se desprende de la utilización de diferentes cultivos, así como por los períodos de ocupación en el lote. Por ejemplo, un cultivo de invierno tiene la mitad del año cubierto el suelo de recursos necesarios para las germinaciones de malezas, como lo son la radiación y la temperatura. Los cultivos de cobertura o manejo son las opciones válidas para desempeñar también estas funciones en ambientes más restrictivos donde no se soporte la implantación de dos cultivos de cosecha", señaló.
Según el asesor, si dentro del sistema de rotación hay que hacer soja de primera, la mejor alternativa para el manejo del lote frente a malezas resistentes a algunos herbicidas es empezar con el barbecho largo antes del invierno con aplicaciones que contemplen herbicidas residuales. "A fines del otoño, con el incremento de las temperaturas vamos a tener la primera pulsión de algunas especies resistentes las cuales es necesario controlar en estado de plántula y rotar el residual previo a la siembra", indicó.
Estrategias
A corto plazo se debería dejar de pensar en aplicaciones posemergentes y utilizar preemergentes, opina el asesor Marcos Mitelsky. "Éstos deben aplicarse en función de los flujos de emergencia de las distintas malezas", afirma.
En lotes con alta presión de malezas corresponde cambiar las fechas de siembra o cultivos, asegurar buena implantación de cultivos, espaciamiento entre líneas menores y variedades de mayor porte.
Los cultivos de cobertura son excelentes herramientas y se deben adaptar a cada zona según las condiciones climáticas y tipo de suelos. Permiten bajar la tasa de emergencia de plántulas y concentrar su aparición en el lote.