Con el inminente cierre de abril, un mes clave para la comercialización del maíz argentino, en el mercado local comenzaron a tensarse las negociaciones entre compradores y vendedores por el cumplimiento del plazo de entrega. Si bien puede llegarse al extremo de la cancelación de una operación, en general las partes intentan alcanzar un acuerdo para pautar nuevas condiciones, que pueden implicar una quita en el valor percibido por el vendedor.
La preocupación desde el lado de los productores es la humedad que impide avanzar con la cosecha y con el acondicionamiento del cereal para cumplir con el compromiso. Mientras que del lado de los exportadores la necesidad despachar buques en tiempo y forma es la principal razón que se esgrime en la renegociación de los plazos incumplidos. El tema, lejos de agotarse, recién comienza.