Eliminadas las retenciones al trigo, girasol y maíz y reducidas en 5 puntos para la soja, el ingreso a las arcas del estado por este tributo se compensó en un 97,5%. Esto fue posible a partir del aumento de la producción -por la quita de este impuesto distorsivo- y por un incremento en la recaudación del impuesto a las ganancias.
Esta conclusión surge del informe realizado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales (IEEyNI) de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
“Ocurrió lo que decíamos, que las retenciones eran un desincentivo para la producción y que eliminarlas representaba un beneficio mayor para el país”, señaló el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, y agregó: “El Estado no perdió ingresos. Por el contrario, al comenzarse a igualar las condiciones del campo con las del resto de los sectores de la economía argentina, aumentó la producción, se generó mayor demanda de insumos, de viajes de camión, de compra de maquinaria agrícola, un incremento en el comercio interno como externo. Esto es trabajo, crecimiento y arraigo en las provincias”.
Durante la campaña 2014/5, la última cosechada durante el gobierno anterior, todavía regían los 35 puntos de retenciones para la soja; 23, en el trigo; 20, para el maíz y 32, en el girasol. A precios actuales, sólo por derechos de exportación, la tributación de esos cuatro cultivos cosechados en 2014/5, equivale a 7.277 millones de dólares.
Lejos de afectar al fisco, la medida que el actual gobierno tomó en materia de retenciones, en diciembre de 2015, incentivó la producción de estos cuatro cultivos, que crecerá un 18% respecto de la campaña 2014/5 (la última con retenciones desde que comenzó hasta que terminó).
Además, la diferencia de precio al productor que significó la quita de retenciones, aumentó su base de tributación de ganancias.
Estos dos factores compensan prácticamente el monto total de lo que el Estado recibía por retenciones y generan un ingreso al fisco de 7.093 millones de dólares, el 97,5% de la recaudación por derechos de exportación en 2014/5.
El aumento de la producción en trigo, maíz y girasol va a significar un diferencial de ingresos por ganancias de 1.378 millones de dólares. Mientras que las retenciones que hoy sigue pagando la soja son de 5.715 millones.
Más empleo, crecimiento y arraigo
Al comenzarse a igualar las condiciones del campo con las del resto de los sectores de la economía argentina, la venta de maquinaria agrícola aumentó su facturación en 104% en 2016, el consumo de fertilizantes fue un 46% más alto y, en el último trimestre de 2016, el campo generó 25 mil nuevos puestos de trabajo.
Además, según datos del IEEyNI, la actual cosecha requerirá 910.000 viajes de camión adicionales sobre los 5.006.500 que llevó la campaña 2014/5 y, consecuentemente, de un aumento en la demanda del gasoil, repuestos para el mantenimiento automotor, etc.
“El mayor dinamismo en todas estas actividades también genera una mejor expresión del federalismo y un aumento en otros ingresos tributarios tanto nacionales como provinciales, que no fueron contemplados en este informe, o sea que por la política en materia de retenciones, la retribución a las arcas del estado es todavía mayor”, señaló Ezequiel de Freijo, analista del IEEyNI.