Parece increíble que nuevamente una gran parte de la zona productiva de nuestro país esté atravesando -o mejor dicho reeditando- los mismos acontecimientos de hace exactamente un año. En tal sentido, el partido de General Villegas quizá sea el epicentro de todas las miradas, pero la realidad indica que hay muchas localidades anegadas por los excesos pluviométricos acaecidos en las últimas semanas.
Cierto es que la situación no resulta tan grave, pero no deja de ser
complicada. Más allá de las cuestiones vinculadas al rendimiento y, por ende, a
la producción, está la cuestión logística. Buena parte de las subas verificadas
en las cotizaciones internacionales a igual fecha del año anterior estuvo
relacionada con la imposibilidad de trasladar la mercadería en tiempo y forma
hacia el circuito comercial. Y esta situación genera también mucha preocupación
entre los compradores en la presente temporada.
La pregunta sería: ¿por qué Chicago parece indiferente a estas cuestiones?
Simplemente porque entienden que no son tan graves. Además, la atención está
centrada en otra variable no menos importante. América del Sur (y esto es a
criterio de todos) está "levantando" la mayor cosecha de la historia, tanto en
soja como en maíz.
En el caso de la oleaginosa supera los 182 millones de toneladas, ubicándose
10 millones por encima del récord anterior, de la campaña 2014/2015. Claramente
la Argentina no hace la diferencia, sino que es nuestro vecino el que impulsa la
región. Por el lado del forrajero, los algo más de 142 millones estimados para
América del Sur mejoran la mejor marca registrada en 14 millones.
La diferencia fundamental entre estos dos productos radica en lo que Estados
Unidos haga en materia de siembras. Mientras que el área destinada al maíz baja
a los mínimos estimados por los operadores, la implantación de la oleaginosa se
ubicaría bien por encima de los pronósticos.
Con estos factores arriba de la mesa, pareciera que a la soja le cuesta mucho desviar la mirada. El devenir de la demanda y del clima en los Estados Unidos se esgrimirán como factores clave a la hora de definir una tendencia de precios.