Un objetivo ambicioso. Así describen en la Casa Rosada los $5500 que sueñan repartir este año en obras del Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica (FFIH), una torta que se alimenta de un impuesto a los combustibles. En medio de las catástrofes climáticas que hoy aquejan distintos puntos del país, de Tucumán a Chubut, la adjetivación no es para menos: implica cuadruplicar el monto que distribuyeron en 2016.
En su último informe ante el Congreso, consultado por los diputados, el jefe de Gabinete, Marcos Peña brindó detalles del presupuesto que planean enviar a los distintos distritos para paliar los efectos de las lluvias, en un año electoral clave para la administración de Cambiemos. De los $5500 millones del FFIH fijados, casi la mitad irán a la provincia de Buenos Aires: unos $2.343.862.590. Otros $159.390.272 recibirá Entre Ríos y unos $99.455.936, Santa Fe.
No obstante, aclaran en Gobierno, una cosa son los números y otra será la realidad. La distribución final dependerá de cómo avancen las licitaciones de las obras, con la aprobación de los pliegos y las adjudicaciones, tiempos que dependen de cada provincia
La discriminación de Peña responde a la pregunta (la 502, desde el Frente
para la Victoria), que fue dirigida específicamente a esas tres provincias, las
zonas más aquejadas el año pasado. Y Peña no sólo fue consultado por el
presupuesto futuro, sino más bien las razones del recorte de las partidas.
En ese sentido, el jefe de los ministros admitió que durante 2015, el último del
kirchnerismo antes de dejar el poder, el Plan Federal de Control de Inundaciones
destinó $ 1.603.326.326, con monto extra de $ 594.573.673 por los servicios de
deuda correspondientes a los Valores representativos de deuda (VRD) emitidos en
el año 2009.
De todo eso, de nuevo, la populosa Buenos Aires fue la más beneficiada con $
1.319.645.828, en una temporada electoral que inundó el distrito del entonces
gobernador y presidenciable Daniel Scioli.
La cifra disminuyó al siguiente año, el primero de Mauricio Macri en la Casa
Rosada: Se distribuyeron $ 1.118.086.677, más otros $ 655.486.917 en servicios
de deuda. A la mandataria bonaerense María Eugenia Vidal le enviaron $
796.452.924.
No sólo hubo una merma del reparto. Según publicó el sitio Border Periodismo, durante 2016 hubo una subejecución del 40% del fondo, en base a las planillas del Ucofin (Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura). Quedó un saldo a favor de $ 1500 millones.
La primera explicación oficial es que no se trata de una subejecución formal: lo que no se gastó no desaparece del Presupuesto, sino que se atesoró en un colchón para el siguiente ejercicio. Las razones que esgrimen para el menor goteo son múltiples: desde sospechas de corrupción detrás de obras adjudicadas por el kirchnerismo, que fueron frenadas, hasta cierta "lentitud" del eyectado ex secretario de Obras Públicas, Daniel Chaín. Su silla continúa va cía, quedando a cargo la firma de los expedientes por el FFIH del subsecretario de Recursos Hídricos, Pablo Bereciartua.