Días después del pedido de la Junta Nacional del Biodiésel (NBB, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos a su gobierno para que investigue las importaciones de ese combustible desde la Argentina, por presunto dumping, la reacción del gobierno nacional fue contundente, y coincidió con la de la cámara del sector (Cámara Argentina de Biocombustibles -Carbio).
Calificó de no tener ningún sustento el pedido, por no contar con evidencias: Sus argumentos ya han sido rechazados por tribunales internacionales, sostuvo el Ministerio de Agroindustria de la Nación.
La cartera dirigida por Ricardo Buryaile recordó que la Organización Mundial de Comercio (OMC) falló en favor de la Argentina el año pasado, tanto en primera instancia como en apelación, contra una medida antidumping similar a la impulsada en Estados Unidos, impuesta en ese momento por la Unión Europea.
La primera reacción a la solicitud de NBB al Departamento de Comercio y a la Comisión de Comercio Internacional de ese país, para la imposición de derechos antidumping y compensatorios contra las exportaciones argentinas de biodiésel, por entender que los productores argentinos exportan el combustible a precios por debajo del costo de producción, y se benefician de subsidios distorsivos, había sido de Carbio. La Cámara definió que las razones esgrimidas por la asociación de productores norteamericanos apelan a interpretaciones de dumping ya rechazadas por la OMC, desconocen la mayor eficiencia argentina para la producción de biodiésel y, como determinaron ya varios fallos internacionales, los motivos aducidos van en contra de las normas del comercio internacional.
Luis Zubizarreta, presidente de Carbio, afirmó que estamos sorprendidos por la solicitud sin fundamento de la NBB dado que lo único que están buscando es mantener plantas de biodiésel altamente ineficientes. Y agregó que somos el principal abastecedor externo de biodiésel para el transporte norteamericano por lo que el bloqueo con aranceles compensatorios tendría consecuencias efectivas en los consumidores, como el aumento del precio del combustible en los Estados Unidos, y en las emisiones de gases efecto invernadero dado que el biodiésel argentino es altamente competitivo y beneficioso para el medio ambiente, sostuvo el directivo.
La producción local de biodiésel superó el año pasado las 2,5 millones de toneladas, de las cuales más de 1,5 millones tuvieron destino de exportación. De estas, lo enviado a los Estados Unidos representaron el año pasado un monto de u$s 1240 millones.
Según aclaró Agroindustria, la medida europea declarada ilegal estaba basada en los mismos argumentos que ahora reitera la industria estadounidense, y si bien la Corte General europea anuló los derechos antidumping impuestos por la Unión Europea (UE), en este momento la UE se encuentra revisando su medida. Respecto a los subsidios, se esgrime que la misma UE rechazó una acusación dado que no pudo probarse la existencia de subsidios que supuestamente favorecían a los productores argentinos.
La Argentina es el tercer productor mundial de biodiésel en base a aceite de soja, y ocupa el primer lugar como exportador. Casi el 90% se exporta a los Estados Unidos, mientras que el 10% restante se exportó a Perú y Panamá.